La adaptación de Salma Hayek Pinault de la novela "Como Agua para Chocolate" (Laura Esquivel, 1989) como un suntuoso melodrama de época, es una obra maestra que cautiva al público. Lejos de ser un reinicio más, esta nueva versión de una vieja historia sobre un amor prohibido destaca por sus actuaciones directas, su trama ágil y la construcción de un mundo brutalmente eficiente.

Una Expansión Exuberante y Pausada de un Clásico Amado

Explorando el Poder Transformador de la Comida

La característica más distintiva de la novela es probablemente su suntuosa (y a veces divertida) metáfora central. La frustración amorosa de Tita, junto con sus dotes en la cocina, le conceden un superpoder culinario: su comida está impregnada de lo que siente mientras la prepara y evoca sentimientos similares en sus invitados. Esta concepción permite a la serie deleitarse con tomas lánguidas y largas de hermosos platos mientras se preparan, abriendo posibilidades cinematográficas fascinantes. ¿Qué sucede, por ejemplo, cuando la desesperación de Tita se filtra en el pastel de bodas de Pedro y Rosaura? La serie aborda esta cuestión de manera diferente a la película, adoptando un enfoque menos escatológico pero igual de impactante.

Personajes Complejos y Matizados

A diferencia de la película, la serie presenta a Mamá Elena como un personaje más severo, amargo y menos accesible. En lugar de quebrarse bajo el poder del pastel de bodas, se niega a probar un bocado, lo que agrega una nueva capa de complejidad a su personaje. Asimismo, el Pedro de la serie es más inteligente pero también más artero que el de la película, mientras que Rosaura recibe más simpatía de los directores. Estos cambios, si bien menores, demuestran un esfuerzo por profundizar en la psicología de los personajes y explorar nuevas facetas de la historia.

Una Tita más Volátil y Terca

Uno de los aspectos más destacados de la serie es la interpretación de Azul Guaita como Tita. A diferencia de la versión más sedada de Lumi Cavazos en la película, Guaita ofrece una Tita más rápida, volátil y terca. Esta versión más enérgica del personaje presenta un desafío interesante, ya que la historia abarca décadas y es difícil imaginar a esta Tita recorriendo con éxito las mismas etapas de crecimiento y evolución que la Tita de la película. Sin embargo, con solo dos episodios vistos, es demasiado pronto para juzgar el arco de desarrollo del personaje.

Una Adaptación Fiel y Exquisita

A pesar de los cambios menores, lo más llamativo de esta nueva versión es lo cerca que se asemeja en realidad a la película y la novela original. La cinematografía es tan impresionante como la comida es exquisita y familiar. No hay compulsión por reinventar, no hay energía experimental innecesaria. La serie se siente como una expansión exuberante y pausada, manteniendo los ritmos y los platos que los fanáticos han amado durante décadas.En resumen, la adaptación de "Como Agua para Chocolate" de Max es una obra maestra que cautiva al público con su fidelidad al material original, su exploración de los temas centrales y su presentación de personajes complejos y matizados. Lejos de ser un reinicio más, esta serie se erige como una expansión exuberante y pausada de un clásico amado, que promete deleitarnos con su poder transformador y su retrato de un amor prohibido.