En medio de las celebraciones por el aniversario del Hospital General de Culiacán, recientemente operado bajo la administración del IMSS Bienestar, un grupo de pacientes y familiares ha denunciado serias deficiencias en el suministro de medicamentos y servicios. Durante una visita oficial del Secretario de Salud estatal, los afectados expresaron su insatisfacción, destacando que muchas necesidades médicas fundamentales no están siendo cubiertas. A pesar de las modernas instalaciones, carencias como la falta de laboratorios completos y la escasez de insumos han generado preocupación entre quienes buscan atención médica.
Entre las quejas más recurrentes se encuentra la ausencia de un laboratorio funcional dentro del hospital, lo que obliga a pacientes como Maricruz, cuyo padre requiere hemodiálisis, a buscar alternativas costosas para realizar estudios esenciales. Según ella, estas pruebas son indispensables para monitorear la salud mes tras mes. En contraste con el anterior hospital general, donde los servicios funcionaban sin interrupciones, ahora enfrentan desabastos sistemáticos que empeoran su calidad de vida.
Otro testimonio impactante proviene de Jorge, quien lleva más de dos años dependiendo de sesiones regulares de hemodiálisis. Desde noviembre pasado, ha notado una creciente escasez de fármacos vitales. Su situación económica limitada le impide adquirir todos los medicamentos requeridos, forzándolo a optar por opciones más económicas pero menos efectivas. Un ejemplo claro es un medicamento crucial para tratar niveles bajos de hemoglobina, cuya caja alcanza los 480 pesos, una cantidad prohibitiva para muchos.
Martina también compartió su frustración al mencionar que su padre, ingresado debido a una embolia cerebral, acumula gastos diarios superiores a los 2 mil pesos en medicamentos y tratamientos. Esta realidad plantea preguntas difíciles sobre cómo familias de escasos recursos pueden sostener estos costos prolongadamente.
El Secretario de Salud, Cuitláhuac González Galindo, reconoció las preocupaciones durante su encuentro con los pacientes y prometió revisar la situación. Argumentó que las dificultades actuales son consecuencia de una transición hacia un nuevo modelo de atención en el hospital. Sin embargo, vale la pena recordar que, según declaraciones previas, los hospitales generales de Sinaloa solo cuentan con un 60% de abastecimiento de medicamentos, cifra que refleja las persistentes limitaciones en el sistema.
Los testimonios exponen una realidad compleja: aunque las nuevas instalaciones representan avances tecnológicos, la falta de infraestructura adecuada y recursos básicos sigue siendo un obstáculo significativo para brindar una atención médica digna y accesible a todos los pacientes.