Desde la Fundación Alícia, se ha trabajado incansablemente para destacar el aceite de oliva virgen extra como un pilar esencial del patrimonio alimentario, cultural y paisajístico. A través de diversos proyectos, se busca promover la diversidad y calidad de los aceites producidos en Cataluña, fomentando su conocimiento y consumo responsable. Una iniciativa reciente es la participación en una guía oficial que reconoce las variedades autóctonas y buenas prácticas agrícolas. Paralelamente, colaboraciones regionales han rescatado variedades locales casi desaparecidas, como la Corbella y la Verdal de Manresa. Este contexto inspira recetas sencillas que exaltan este producto emblemático.
En un entorno marcado por la riqueza natural, la Fundación Alícia lidera un movimiento para honrar el aceite de oliva virgen extra. En colaboración con instituciones como el Departamento de Agricultura de la Generalitat y el Consell Comarcal del Bages, se ha desarrollado una guía integral que celebra la excelencia de los aceites catalanes. Esta publicación no solo reconoce la calidad de los productos locales, sino que también aboga por prácticas agrícolas sostenibles y propuestas de maridaje innovadoras.
Además, en la comarca del Bages, un proyecto especial destaca dos variedades históricas: la Corbella y la Verdal de Manresa. Estas especies, anteriormente marginadas, están siendo revitalizadas gracias a pequeños productores comprometidos con la calidad y la identidad local. El territorio del Bages, famoso por su vino, ahora redescubre su tradición oleícola como un símbolo de orgullo regional.
Como parte de esta celebración, se presenta una receta creativa: "Cuencos de calabacín, aceite de oliva virgen extra y tomate". Con ingredientes simples pero cuidadosamente seleccionados, esta propuesta invita a disfrutar del sabor genuino del aceite de oliva, reafirmando su papel central en la dieta mediterránea.
Desde una perspectiva más amplia, esta iniciativa subraya la importancia de conocer y valorar lo que consumimos. Solo al entender el origen y significado de nuestros alimentos podemos preservarlos para futuras generaciones.
Por tanto, en un mundo donde la globalización amenaza nuestras raíces culinarias, el aceite de oliva emerge como un recordatorio de nuestra conexión con la tierra y nuestra cultura. Es un llamado a apreciar lo auténtico, lo local y lo duradero.