Desde el primer momento, quedó claro que la actuación de Morante de la Puebla no sería solo una faena más, sino un acto de arte puro. Su habilidad para interpretar al toro fue descrita como sublime, transformando cada paso en una declaración de pasión y técnica. Los espectadores, cautivados por su elegancia y precisión, pudieron atestiguar cómo cada movimiento del diestro se convirtió en un símbolo de respeto hacia la tradición taurina.
Los expertos destacaron su capacidad para adaptarse a las circunstancias cambiantes en la plaza. En un momento crucial, cuando un peón se encontró en peligro, Morante realizó un quite a cuerpo limpio que dejó boquiabierta a toda la audiencia. Esta acción no solo demostró su valentía, sino también su instinto protector hacia sus compañeros de lidia, reforzando aún más su posición como uno de los grandes referentes contemporáneos del toreo.
Este año, la Asociación de la Prensa de Madrid (APM) decidió rendir homenaje al crítico taurino Vicente Zabala Portolés, cuya contribución al mundo del toreo sigue siendo inmensurable. Al cumplirse tres décadas desde su fallecimiento, este tributo sirvió como recordatorio de la importancia de preservar la memoria de aquellos que moldearon el panorama cultural español. La dedicatoria del trofeo in memoriam subrayó la conexión entre el pasado y el presente en el universo taurino.
Vicente Zabala Portolés no solo fue un defensor apasionado de la Corrida de la Prensa, sino que también inspiró a generaciones enteras con su análisis profundo y su visión crítica. Su legado vive hoy a través de eventos como este, donde el arte del toreo es exaltado y celebrado por quienes lo entienden como una expresión artística única.
El fallo del jurado encargado de otorgar la Oreja de Oro estuvo presidido por Isabel Díaz Ayuso, presidenta de la Comunidad de Madrid, acompañada por figuras clave del mundo taurino. Entre ellos destacaron Juan Antonio Ruiz ‘Espartaco’, asesor taurino del 125 aniversario, y Carlos Abella, representante de la Junta Directiva de la APM. Cada miembro del jurado aportó su experiencia y perspectiva única, asegurando que la decisión final reflejara fielmente la excelencia mostrada en la plaza.
El jurado valoró especialmente la genialidad conceptual de Morante de la Puebla, quien logró elevar la faena a niveles insospechados. Su habilidad para combinar técnica con emoción capturó perfectamente el espíritu de la Corrida de la Prensa, estableciendo un nuevo estándar para futuros participantes. Este reconocimiento no solo honra a Morante, sino que también reafirma la relevancia de este evento como plataforma para destacar el talento supremo dentro del mundo del toreo.
La faena ejecutada por Morante en su primer toro será recordada durante generaciones como una obra maestra. Su temple y serenidad bajo presión permitieron que cada pase fuera ejecutado con perfección, emocionando incluso a los espectadores más exigentes. El clamor unánime de la plaza pidiendo la oreja evidenció el impacto profundo que tuvo su actuación sobre todos los presentes.
A pesar de la abrumadora solicitud de premio por parte del público, la presidencia optó por no conceder la oreja oficial. Sin embargo, esta decisión no empaña el brillo de la faena ni resta mérito al triunfo de Morante. Por el contrario, añade un matiz interesante al debate sobre el papel de la presidencia en festivales tan importantes como este.