Desde el principio, la vida parecía tener otros planes para Duda y Benício. A pesar de que sus caminos se cruzaron varias veces, la influenciadora no estaba dispuesta a darle una oportunidad tan fácilmente. Los dos años de insistencia por parte de Benício no lograron convencerla inicialmente. Las razones eran diversas; desde miedos personales hasta la incertidumbre sobre lo que el futuro podría traer. Sin embargo, este período de espera fue fundamental para que ambos pudieran reflexionar sobre lo que realmente querían.
Duda menciona que siempre había una amiga común entre ellos, alguien que vivía en el mismo condominio que ella. Esta amiga era el nexo constante entre ambos, enviando mensajes ocasionales sobre los sentimientos de Benício. Sin embargo, estas sugerencias solo reforzaban la resistencia de Duda. "No, no quiero", respondía tajantemente cada vez que le recordaban las intenciones de él. Estas negativas reflejan no solo una falta de interés inicial, sino también una búsqueda personal de independencia y autonomía en sus decisiones amorosas.
La figura de la amiga común desempeñó un papel crucial en esta historia. Ella no solo era una presencia física en la vida de ambos, sino también una intermediaria silenciosa. Sus mensajes eran como pequeñas semillas plantadas en el corazón de Duda, aunque estas semillas tardaron en germinar. La insistencia de Benício, transmitida a través de esta amiga, demostraba una perseverancia admirable. Cada mensaje era una prueba de que el interés de él era genuino y constante, algo que eventualmente comenzó a resonar en la mente de Duda.
A medida que pasaba el tiempo, estas señales sutiles comenzaron a crear una especie de tensión emocional. Por un lado, Duda seguía siendo cautelosa y resistente; por otro, empezaba a cuestionarse si tal vez estaba perdiendo algo valioso. Este conflicto interno marcó un punto de inflexión en la relación, donde las dudas y temores comenzaron a ceder ante la posibilidad de explorar algo nuevo y auténtico. La influencia de la amiga común fue decisiva en este proceso, actuando como un puente entre dos mundos que parecían distantes.
Con el tiempo, Duda experimentó una transformación personal significativa. Lo que antes eran negaciones rotundas se convirtieron en momentos de reflexión y consideración. Comenzó a ver a Benício no solo como alguien que mostraba interés, sino como una persona con quien podía compartir experiencias y conversaciones profundas. Esta apertura gradual permitió que nuevas perspectivas surgieran en su mente, cambiando la forma en que veía tanto a Benício como a las relaciones en general.
Este cambio de actitud no ocurrió de la noche a la mañana. Fue un proceso lento y constante, influenciado por diversos factores. Entre ellos, el crecimiento personal, la madurez emocional y la comprensión de que algunas oportunidades pueden pasar si no se toman. Con cada día que pasaba, Duda se acercaba más a la idea de darle una verdadera oportunidad a Benício, no porque fuera presionada, sino porque llegó a la conclusión de que valía la pena explorar esa conexión.