Un estudio reciente revela que una alta proporción de niños y adolescentes con trastorno del espectro autista (TEA) sufren síntomas de insomnio. Estos incluyen un tiempo reducido de sueño nocturno y dificultades para conciliarlo. Los datos indican que estos problemas son mucho más frecuentes en personas con TEA en comparación con la población general. A pesar de su prevalencia, el insomnio sigue siendo subdiagnosticado e infratratado, lo que agrava los síntomas diurnos asociados al TEA. Expertos destacan la necesidad de abordar este problema mediante un diagnóstico temprano y tratamientos adecuados.
En un análisis realizado por investigadores españoles, se destaca que casi nueve de cada diez niños con TEA presentan algún tipo de alteración en su sueño. Este fenómeno tiene lugar especialmente en regiones donde las condiciones de vida pueden afectar el descanso, como grandes ciudades o áreas rurales con menos recursos. La Dra. Pura Ballester Navarro, experta de la Universidad Católica de Murcia, explica que esta falta de atención médica puede atribuirse a la confusión entre síntomas del TEA y aquellos relacionados con el insomnio. Además, otros factores como ansiedad o problemas digestivos pueden empeorar la calidad del sueño.
Para combatir esta situación, instituciones médicas han desarrollado un consenso específico dirigido a mejorar el manejo del insomnio en menores con TEA. Este documento establece pautas claras para evaluar y tratar tanto el inicio como el mantenimiento del sueño. Entre las recomendaciones clave están las medidas de higiene del sueño, acompañadas de terapias cognitivo-conductuales y suplementos nutricionales cuando sea necesario. En casos más severos, fármacos como la melatonina o incluso medicamentos psiquiátricos pueden ser utilizados bajo supervisión médica.
Desde una perspectiva pediátrica, el Dr. Gonzalo Pin recalca que tratar eficazmente el insomnio no solo mejora el descanso, sino también la calidad de vida diaria de estos pacientes y sus familias. En palabras de la Dra. Milagros Merino, presidenta de la Sociedad Española de Sueño, "el objetivo no es buscar la noche perfecta, sino optimizar el equilibrio entre vigilia y sueño".
En resumen, el tratamiento debe adaptarse a cada caso particular, considerando siempre la importancia de ajustar expectativas y proporcionar apoyo integral tanto a los niños como a sus familias.
Como periodista especializado, me parece crucial destacar cómo este estudio y las recomendaciones derivadas de él reflejan la necesidad urgente de mayor concienciación sobre el impacto del insomnio en personas con TEA. Este avance representa un paso significativo hacia un enfoque más holístico y efectivo en la atención de estas comunidades vulnerables. Es fundamental que profesionales de la salud, junto con padres y cuidadores, trabajen juntos para garantizar que cada niño tenga acceso a un diagnóstico temprano y un tratamiento personalizado que promueva su bienestar integral.