Entre las vibrantes luces del circuito español, Marc Márquez encontró consuelo en el triunfo de su hermano Álex. Más allá de sus propios contratiempos, reconoció que ese día pertenecía a quien siempre ha sido su mayor admirador y rival en las pistas.
Las condiciones cambiantes juegan un papel crucial en las carreras de MotoGP, y esta vez no fue diferente para Marc. Durante una entrevista posterior al evento, explicó cómo factores como la aerodinámica afectaron su rendimiento en la curva ocho. Reconoció que subestimó estos cambios mientras seguía a otros pilotos, lo que resultó en una caída que todavía busca comprender completamente.
Este incidente le recordó que, aunque ha reducido significativamente sus errores este año, aún queda trabajo por hacer. Su enfoque hacia la calma y la paciencia parece ser vital si desea mantenerse competitivo en un campeonato tan exigente.
Desde el principio, Marc enfrentó dificultades con su Ducati. La rueda delantera se elevó más de lo esperado, complicando su estrategia inicial. Según comentó, el uso correcto de dispositivos frontales y traseros no evitó un inicio deficiente, algo que podría haber alterado su ritmo durante las primeras vueltas.
Su objetivo era marcar un tempo sólido desde el comienzo, pero estas circunstancias imprevistas obligaron a ajustar planes rápidamente. A pesar de ello, demostró tener un buen ritmo posteriormente, mostrando que su talento sigue intacto incluso bajo presión.
El jueves previo a la carrera, Marc ya anticipaba la posibilidad de que Álex pudiera llevarse la victoria. Conocedor del talento innato de su hermano, nunca dudó de su capacidad para destacar en el MotoGP. Esta confianza se basa en años de observación mutua y en el historial exitoso de Álex, incluidos sus dos campeonatos mundiales anteriores.
Para Marc, ver a Álex consolidarse como líder del campeonato representa mucho más que una simple victoria deportiva. Es evidencia de un esfuerzo continuo y una dedicación compartida que ambos han cultivado desde sus primeros días en las motos.
Uno de los momentos clave de la carrera ocurrió en la primera vuelta, cuando Marc intercambió posiciones repetidamente con Bagnaia. En esa ocasión, optó por ceder terreno después de un contacto entre las curvas diez y once. Decidió esperar un momento más propicio para recuperar terreno, pero finalmente no llegó la oportunidad deseada.
Comparó este incidente con otro similar en Austin, donde entendió perfectamente las causas de su error anterior. Sin embargo, esta vez siente que falta algo de claridad en lo que provocó su salida de pista. Algo que también mencionó es cómo otras situaciones, como las vividas por Pecco el año pasado, parecen coincidir con lo que experimentó él mismo.
Después de la caída, Marc tuvo que enfrentar otra prueba: continuar la carrera con el carenado dañado. Esto significó adaptar su estilo de conducción para evitar tocar el suelo mientras se inclinaba hacia la izquierda. A medida que avanzaba la competencia, el desgaste del carenado permitió recuperar algo de velocidad, aunque reconocía que pilotar sin alas representaba un desafío adicional.
A pesar de estas limitaciones, Marc resaltó que su velocidad base seguía siendo sólida. Para él, lo fundamental ahora es asegurarse de no cometer errores que puedan comprometer sus aspiraciones en el campeonato.