En el ámbito literario, la trayectoria de Sergi Puertas, un experimentado autor barcelonés, se vio obstaculizada por una persistente indiferencia de las editoriales. Tras años de rechazos y un prolongado desempleo, Puertas comenzó a cuestionar las razones detrás de la falta de interés en sus manuscritos, sospechando que el problema no radicaba en la calidad de su escritura, sino en su propia identidad como autor. Esta situación lo llevó a concebir un ingenioso plan para poner a prueba los mecanismos internos de la industria editorial.
El 11 de abril de 2016, Sergi Puertas orquestó una audaz suplantación de identidad. Creó un personaje ficticio, Silvia Marinosa, una joven escritora de 25 años con una estética y biografía cuidadosamente diseñadas para encajar en las expectativas del mercado editorial. Utilizando esta nueva persona, Puertas presentó su colección de relatos, 'Estabulario'. La respuesta fue asombrosamente rápida y contrastante con su experiencia previa. Mientras que sus envíos como Sergi Puertas eran ignorados, Silvia Marinosa recibió una avalancha de respuestas entusiastas, incluso de editores que antes lo habían rechazado. Este éxito, que incluyó una oferta de contrato y un adelanto editorial para Silvia, se desarrolló en paralelo a la difícil realidad personal de Puertas, quien, debido a la precariedad económica, trabajaba en un centro de formación para desempleados. Esta dualidad inspiró su posterior obra, 'La experiencia' (2022), una exploración metaliteraria de la precariedad laboral y los sesgos en el mundo editorial.
El desenlace de este experimento llegó cuando Puertas, ante la inminente formalización del contrato, se vio obligado a confesar su verdadera identidad. Aunque la revelación inicial provocó la ruptura del acuerdo por parte del editor, el valor literario del manuscrito prevaleció. Después de unos meses, el editor reconsideró su decisión, reconociendo la calidad intrínseca del libro y finalmente lo publicó bajo el nombre real de Sergi Puertas en febrero de 2017. Este episodio puso de manifiesto un posible fetichismo de lo joven y femenino en la industria editorial, sugiriendo que la mercadotecnia y la imagen pueden influir significativamente en la visibilidad y el éxito de una obra. La historia de Puertas nos invita a reflexionar sobre la importancia de la autenticidad y la calidad artística por encima de las apariencias.
La experiencia de Sergi Puertas ilustra de manera contundente la relevancia de mirar más allá de las primeras impresiones y los sesgos superficiales. Nos enseña que la verdadera valía reside en el contenido y el esfuerzo genuino, y que, a pesar de los obstáculos y las injusticias aparentes, la calidad inherente de una obra o de un individuo puede, y debe, ser reconocida y valorada. Es un recordatorio inspirador de que la perseverancia y la autenticidad son pilares fundamentales para el triunfo, promoviendo una visión de un mundo más justo y equitativo donde el mérito real prevalezca.