En los últimos meses, se ha evidenciado una preocupante disminución en la efectividad de la Ley de Libertad de Información (FOIA) en Estados Unidos. Recientemente, un periodista enfrentó un retraso significativo en su solicitud de registros gubernamentales debido a despidos repentinos dentro del Instituto Nacional de Normas y Tecnología (NIST). Este caso ilustra un problema más amplio: las políticas de la administración Trump están afectando negativamente el cumplimiento de solicitudes ciudadanas bajo FOIA. Expertos señalan que este fenómeno podría volverse más común debido a recortes masivos en personal encargado de gestionar estas peticiones. Las dificultades para procesar solicitudes han generado preocupación entre grupos de vigilancia y demócratas del Congreso.

El mes pasado, un funcionario del NIST informó sobre despidos inesperados que han impactado directamente en el manejo de solicitudes FOIA. Estos cambios han dejado a las agencias con una carga de trabajo acumulada mientras buscan reestructurar sus equipos. Según datos oficiales, tan solo un 16% de las solicitudes fueron completamente atendidas durante el ejercicio fiscal 2023, a pesar de recibir casi 1,2 millones de peticiones, cifra récord. Este escenario preocupa no solo a periodistas, sino también a organizaciones civiles que dependen de FOIA para monitorear actividades gubernamentales.

Además, expertos como Miranda Spivack destacan cómo la salida de especialistas en FOIA complica aún más el acceso a información pública. En su próximo libro, analiza casos donde activistas locales lograron revelar secretos oficiales gracias a esta herramienta legal. Sin embargo, el uso predominante de FOIA por parte de corporaciones ha cambiado su propósito original. Investigaciones recientes muestran que empresas representan una gran mayoría de las solicitudes en ciertas agencias reguladoras, incluyendo hasta el 74% en la Administración de Alimentos y Medicamentos.

Mientras tanto, académicos como Margaret Kwoka explican cómo las necesidades empresariales han modificado el panorama de FOIA. Muchas compañías recurren a esta ley porque carecen de alternativas legales para obtener ciertos datos. Aunque esto puede beneficiar la economía al facilitar información relevante, también sobrecarga las oficinas responsables de procesar solicitudes.

Este contexto subraya la importancia de reformular FOIA para adaptarse a nuevos desafíos. Si bien las empresas encuentran valor en estos datos, es crucial garantizar que los ciudadanos y periodistas puedan seguir utilizando esta herramienta vital para la transparencia gubernamental. La situación actual exige atención urgente para preservar uno de los pilares fundamentales de la democracia estadounidense.