En los octavos de final de Roland Garros, la tenista francesa Lois Boisson logró una victoria inesperada contra la tercera favorita al título, Jessica Pegula. Más allá del resultado deportivo, este enfrentamiento desencadenó un debate crucial sobre el acoso que sufren los jugadores a manos de apostadores tras sus derrotas. Pegula reveló las amenazas recibidas mediante sus historias de Instagram, destacando mensajes ofensivos y peligrosos que pusieron en evidencia un problema latente en el mundo del tenis.
La estadounidense, quien llegó al torneo como una de las principales candidatas al triunfo, enfrentó una ola de críticas injustificadas después de su eliminación ante Boisson, ubicada en el puesto 361 del ranking mundial. A través de sus redes sociales, compartió ejemplos de mensajes hostiles que incluían insultos personales, burlas hacia su familia y hasta amenazas directas contra su vida y la de sus seres queridos. Estas palabras no solo reflejan la frustración de algunos apostadores, sino también cómo esta conducta afecta profundamente a quienes practican este deporte.
El caso de Pegula resalta un fenómeno preocupante dentro del tenis moderno. Aunque ella misma asegura que estas situaciones no han logrado alterar su mentalidad, reconoce que otros atletas pueden resultar vulnerables a tales agresiones. Durante entrevistas posteriores, mencionó que incluso deportistas de otras disciplinas le han expresado sorpresa por la intensidad de estos ataques. Comparó las experiencias vividas con colegas de la NHL, señalando que las amenazas en el tenis son mucho más extremas y constantes.
Pegula enfatizó la necesidad de mayor protección para los tenistas en plataformas digitales. Reconoce que, aunque podría evitar las redes sociales, esto sería inviable debido a la dependencia profesional que tienen hacia ellas tanto para promocionarse como para obtener patrocinios. Su llamado es claro: se debe implementar medidas efectivas que limiten el acceso de personas malintencionadas a los perfiles de los jugadores. Al mismo tiempo, pide concienciación sobre cómo estas acciones pueden dañar emocionalmente a aquellos que representan su país y pasión en competiciones internacionales.
Este incidente ha abierto una discusión importante sobre cómo proteger mejor a los deportistas frente a comportamientos irresponsables. Es fundamental que organizaciones relacionadas con el tenis colaboren con plataformas tecnológicas para establecer filtros adecuados y garantizar un entorno seguro donde los jugadores puedan interactuar sin temor a represalias injustificadas.