Las estructuras linfáticas ubicadas a ambos lados de la garganta juegan un papel crucial en la defensa respiratoria. Estos pequeños guardianes, conocidos como amígdalas palatinas, se encargan de proteger el sistema respiratorio contra microorganismos invasores. Durante los primeros años de vida, estas estructuras están particularmente activas, lo que puede llevar a infecciones frecuentes e inflamaciones.
La inflamación aguda de las amígdalas es una condición común en niños, caracterizada por síntomas como dolor de garganta, dificultad para tragar y fiebre alta. Esta enfermedad puede ser causada tanto por virus como por bacterias, siendo más prevalente en los casos bacterianos. Si no se trata adecuadamente, esta infección puede extenderse y provocar complicaciones más graves. El tratamiento habitual incluye antibióticos durante siete a diez días, con penicilina como opción preferida. Además, medidas generales como antitérmicos y gárgaras pueden aliviar los síntomas y acortar el proceso.
En situaciones donde las amígdalas infectadas comienzan a perjudicar seriamente la salud y desarrollo del niño, la cirugía puede ser necesaria. La amigdalectomía, realizada por especialistas en otorrinolaringología, implica la extirpación quirúrgica de las amígdalas bajo anestesia general. Aunque el postoperatorio puede ser incómodo, esta intervención es vital cuando las amígdalas causan más daño que beneficio. Sin embargo, se recomienda evitar la extirpación antes de los cuatro años, dado el importante papel inmunológico de las amígdalas en la primera infancia.
La evolución de las prácticas médicas ha llevado a una disminución en la frecuencia de las amigdalectomías. Mejores hábitos de higiene, uso correcto de antibióticos y prevención han reducido la necesidad de este procedimiento. En última instancia, la decisión de realizar una amigdalectomía debe basarse en el bienestar del paciente y en evaluar cuidadosamente los riesgos y beneficios. Este enfoque centrado en el paciente refleja el progreso continuo hacia tratamientos más seguros y efectivos, siempre buscando mejorar la calidad de vida de los niños.