En una interpretación cargada de matices, un actor describe a su personaje como alguien que vive inmerso en el placer, pero no está exento de luchas internas. Este joven, hijo de un empresario exitoso encarnado por Tony Ramos, contrasta con su hermano, quien representa valores más tradicionales. Mientras trabaja en el departamento de marketing de la empresa familiar solo por compromiso, su verdadera pasión reside en las interacciones sociales y románticas con modelos.
Aunque aparentemente disfruta de los beneficios económicos que le brinda su familia, este personaje enfrenta dilemas éticos y emocionales que lo atan a una búsqueda constante de identidad. Su rol dentro de la fábrica es puramente formal, ya que su corazón late más fuerte cuando se encuentra rodeado de personas creativas y llenas de vida, especialmente aquellas vinculadas al mundo de la moda íntima.
Su estilo de vida hedonista lo coloca en oposición directa con su hermano, cuya disciplina y seriedad actúan como contrapunto perfecto para resaltar las contradicciones del protagonista. Esta dinámica fraternal agrega profundidad a una historia que explora cómo los privilegios pueden convertirse tanto en bendición como en carga.
Más allá de su apariencia despreocupada, este individuo enfrenta retos que van más allá de la superficie. Su viaje personal es una exploración sobre cómo encontrar equilibrio entre el deseo y la responsabilidad, mostrando que incluso aquellos que parecen tenerlo todo deben lidiar con sus propias tormentas internas.