Unos días después de su elección, el primer papa llamado Francisco reveló a los medios la inspiración detrás de su nombre. Este momento significativo surgió tras una conversación con el cardenal brasileño Dom Claudio Hummes, quien le recordó la importancia de no olvidar a los pobres justo antes de que se confirmara la elección del cardenal argentino. Inspirado por esta interacción y pensando en un santo famoso por su amor a la paz, al medio ambiente y su estilo de vida simple, eligió el nombre de Francisco.

En el contexto de su elección como líder espiritual, el entonces nuevo papa explicó cómo las palabras de Dom Claudio Hummes lo impactaron profundamente. Cuando quedó claro que sería elegido, el cardenal brasileño lo abrazó y pronunció aquella frase que resonaría en su corazón: "No te olvides de los pobres". Fue este recuerdo lo que llevó al papa a evocar inmediatamente la figura de San Francisco de Asís.

San Francisco de Asís no solo simboliza la paz y la preocupación por el medio ambiente, sino también una conexión profunda con una vida austera y despojada. Este santo representaba todo lo que el papa deseaba para la iglesia: una institución humilde y dedicada a quienes más lo necesitan. En sus propias palabras, mencionó cómo la guerra también influyó en su decisión, ya que San Francisco era conocido por su amor hacia la paz.

Así, con esta elección de nombre, el papa envió un mensaje poderoso sobre sus aspiraciones para su papado. Quería reflejar no solo una conexión espiritual con San Francisco de Asís, sino también una renovada visión de una iglesia accesible y comprometida con los menos favorecidos. Este gesto inicial marcó el inicio de un liderazgo centrado en la simplicidad y la justicia social.