Novak Djokovic avanzó sin contratiempos significativos a la tercera ronda del torneo Roland Garros, derrotando al francés Corentin Moutet en un partido intenso que duró más de tres horas. A pesar de algunas ampollas que requirieron atención médica durante el tercer set, el serbio mostró una vez más su maestría y control absoluto sobre el juego. Este triunfo se suma a su reciente conquista del título número 100, reforzando su posición como uno de los mejores tenistas de todos los tiempos.

Con un desempeño sólido, Djokovic logró imponerse con un marcador final de 6-3, 6-2 y 7-6 (1). Durante el enfrentamiento, destacó su capacidad para manejar la presión, incluso cuando el público local intentó interferir ligeramente en momentos clave. Ahora se prepara para enfrentarse al ganador del duelo entre Denis Shapovalov y Ethan Quinn, prometiendo continuar su dominio en París.

Un Dominio Inquebrantable en la Cancha

Djokovic demostró desde el inicio del partido contra Moutet una superioridad técnica notable. Con golpes precisos y una estrategia bien definida, mantuvo el control del encuentro, incluso cuando su rival logró adelantarse brevemente en el tercer set. Su habilidad para adaptarse a las condiciones cambiantes fue crucial para asegurar la victoria.

El serbio no solo brilló por su destreza física, sino también por su inteligencia táctica. A lo largo del partido, colocó 43 golpes ganadores, evidenciando su capacidad para leer el juego de su oponente y responder con movimientos calculados. Además, supo mantener la calma ante cualquier adversidad, incluida la breve molestia causada por el comportamiento del público cuando sacaba en momentos decisivos. Este nivel de concentración es una característica distintiva de su estilo de juego.

Preparándose para el Siguiente Desafío

A pesar de haber superado exitosamente la segunda ronda, Djokovic sabe que el camino hacia el título no será fácil. Enfrentará próximamente al vencedor del choque entre el canadiense Denis Shapovalov y el estadounidense Ethan Quinn, ambos jugadores conocidos por su agresividad y habilidad en la pista rápida. Sin embargo, el historial de Djokovic en Roland Garros, donde solo ha perdido una vez en esta etapa del torneo, le otorga una ventaja psicológica importante.

Su experiencia acumulada en años anteriores, sumada a su reciente éxito en alcanzar el centenar de títulos, sugiere que está listo para nuevos desafíos. Djokovic ya había derrotado anteriormente a Moutet en dos ocasiones, consolidando aún más su confianza. Ahora, con la mirada puesta en el siguiente partido, busca mantener el mismo nivel de concentración y precisión que exhibió frente al tenista francés. Su determinación sigue siendo inquebrantable, y todo indica que continuará escribiendo capítulos impresionantes en su carrera deportiva.