Viih, tras un período de puerperio intenso, experimentó una pérdida de identidad personal que ahora está recuperando. Gracias a la reposición hormonal y su decidido esfuerzo por reconectar con el amor propio, ha comenzado a valorarse más y a disfrutar de los cuidados personales. Este proceso no se trata únicamente de recursos económicos o ayuda externa, sino de gestionar el tiempo y redescubrir el interés en uno mismo.
Este cambio interno ha transformado su perspectiva sobre el autocuidado y ha marcado un punto de inflexión en su relación consigo misma. Aunque antes centraba toda su atención en sus hijos, ahora comprende que amarse a sí misma es igualmente importante para ser una madre equilibrada y feliz.
Después del parto de su primera hija, Viih inició un proceso crucial hacia la recuperación de su bienestar físico y emocional mediante la reposición hormonal. Sin embargo, este fue solo el comienzo de un viaje mucho más profundo: redescubrir el amor propio. Se dio cuenta de que había descuidado aspectos fundamentales de sí misma mientras dedicaba todo su tiempo y energía a sus hijos.
A lo largo de este período, Viih comenzó a sentirse desconectada de su identidad personal. Su apariencia física dejó de importarle, incluso cuando tenía los medios necesarios para cuidarse. Reconoció que el problema no era la falta de recursos, sino la ausencia de interés genuino en priorizarse a sí misma. Esto la llevó a reflexionar sobre cómo el autocuidado puede ser visto como un acto de amor propio, más allá de las expectativas sociales o familiares.
Conforme avanzaba en su viaje de autodescubrimiento, Viih aprendió a reconciliarse con sus necesidades propias sin sentir culpa. Comenzó a disfrutar actividades que le brindaban placer personal, como cuidar su cabello o hacerse una ceja. Estos pequeños gestos simbolizaron un cambio significativo en su forma de ver la vida.
Este nuevo enfoque no solo mejoró su bienestar físico, sino también su estado emocional. Al permitirse disfrutar de momentos para sí misma, encontró un equilibrio entre ser madre y mantener una conexión saludable consigo misma. Ahora entiende que el autocuidado no es egoísta, sino una necesidad vital para poder ofrecer lo mejor de sí a sus hijos y al mundo que la rodea. Este crecimiento personal ha sido clave para transformar su perspectiva sobre la maternidad y la vida en general.