Un sistema innovador asegura el control total en el proceso de captura y distribución del pescado. Cada ejemplar recibe una especie de identificación única que almacena detalles cruciales, tales como la fecha de pesca, dimensiones, masa, clasificación, nombre del capitán de la embarcación y otros datos relevantes. Esta trazabilidad garantiza que cada etapa sea meticulosamente documentada, proporcionando transparencia al consumidor.
La preparación culinaria comienza con un cuidadoso manejo del pez desde su llegada. Según explica el chef, tras ser recibido, el pescado pasa por un proceso de maduración antes de ser cortado y servido. Este procedimiento optimiza su sabor y textura, elevando la experiencia gastronómica. Durante este proceso, se obtienen diversas partes del atún, cada una con características únicas: las mejillas, la parte superior más sabrosa, los cortes grasos, la barriga y el preciado toro.
Este método no solo promueve prácticas responsables en la industria pesquera, sino que también fomenta una mayor conciencia sobre la importancia de la calidad y la sostenibilidad en nuesto consumo diario. Al valorar cada paso del proceso, contribuimos a preservar los recursos marinos para generaciones futuras, reforzando un compromiso ético con nuestro planeta.