En una noche llena de emociones, Erika se despidió del mundo de los desfiles con un mensaje profundo. Esta ocasión marcó el final de una etapa significativa en su vida. Conmovida y agradecida, expresó su gratitud hacia quienes formaron parte de este viaje. Aunque el cargo no era algo que poseía, sino más bien un instrumento para transmitir algo mayor, dejó claro que siempre recordaría con cariño cada momento vivido.
La nostalgia estaba presente en sus palabras, pero también un sentimiento de plenitud por las experiencias adquiridas. Agradeció especialmente a aquellos que contribuyeron en su camino, mencionando nombres que representaban mucho para ella. Reconoció que sería difícil nombrar a todos, pero el afecto y reconocimiento estaban implícitos en cada palabra pronunciada. Este cierre simboliza el fin de un ciclo, pero también abre puertas a nuevos comienzos.
La despedida de Erika nos recuerda que cada final es también un nuevo inicio. Nos invita a valorar los momentos compartidos y a estar agradecidos por las personas que han estado a nuestro lado. Su mensaje resalta la importancia de cerrar capítulos con dignidad y apreciación, dejando espacio para nuevas oportunidades y experiencias enriquecedoras.