En una noche que prometía gloria para el equipo italiano, Theo Hernández cometió dos errores graves que le costaron al Milan su pase a los octavos de final de la Liga de Campeones. A pesar del esfuerzo inicial y un gol tempranero de Santi Giménez, la expulsión de Hernández y un tanto decisivo de Julián Carranza en el minuto 73 cambiaron drásticamente el curso del partido. El Feyenoord se impuso con un empate 1-1 y avanzó a la siguiente fase, dejando al Milan con una amarga derrota.
En la atmósfera electrizante del estadio San Siro, el ambiente era perfecto para un encuentro épico. Los aficionados crearon un calidoscopio de colores y sonidos, animando sin cesar a su equipo. Todo parecía ir según lo planeado cuando Santi Giménez abrió el marcador apenas comenzaba el partido, encendiendo aún más las esperanzas de los locales. Sin embargo, el destino tenía otros planes.
En medio de un partido que parecía controlado por el Milan, Hernández, habitualmente sólido en defensa, tuvo un desafortunado momento. Primero, cometió una falta innecesaria, seguida de una simulación que terminó en su expulsión. Esta decisión cambió radicalmente el rumbo del juego. Con diez hombres, el equipo italiano luchó valientemente hasta el final, pero no pudo evitar que Carranza anotara el gol que sellaría el pase del Feyenoord a la siguiente ronda.
Los minutos finales fueron intensos, con el Milan intentando revertir la situación, pero el Feyenoord se defendió con eficacia y aprovechó el regalo inesperado. Ahora, el conjunto neerlandés se une a equipos como Bayern Munich, Benfica y Brujas en el sorteo del viernes, mientras que el Milan se queda fuera de la competición europea más prestigiosa.
Desde la perspectiva de un periodista deportivo, este partido nos recuerda que incluso los mejores jugadores pueden cometer errores que cambian el curso de un partido. La presión y el estrés de una eliminatoria tan importante pueden afectar a cualquiera, y en estos momentos cruciales, cada acción cuenta. Este evento también subraya la importancia de mantener la concentración y la disciplina durante todo el encuentro, ya que un error puede ser fatal.