En medio de un escándalo generado tras filtraciones desde el exterior, la dirección del programa Gran Hermano tomó la decisión de expulsar a Santiago "Bati" Larrivey. Este domingo 1 de junio, durante una gala de eliminación, se reveló que Bati había violado las normas al compartir información externa con los participantes actuales. Junto a él, Eugenia Ruiz también enfrentó sanciones significativas. La producción enfatizó la importancia de mantener el aislamiento como pilar fundamental del reality show, destacando que cualquier transgresión compromete la integridad competitiva.
La situación comenzó cuando Bati ingresó nuevamente a la casa para motivar a los concursantes. Sin embargo, sus palabras cruzaron la línea al proporcionarles consejos basados en eventos ocurridos afuera del confinamiento. Durante su intervención, compartió reflexiones sobre estrategias y actitudes que podrían influir en la dinámica interna del juego. Esto fue percibido como una interferencia directa en el desarrollo natural del concurso.
Uno de los momentos clave fue cuando Bati instó a los participantes a enfocarse en lo que los llevó hasta allí. Sugirió que mantuvieran su autenticidad o habilidades características sin dejarse llevar por emociones negativas. Su mensaje incluyó advertencias contra rencillas innecesarias y conflictos superficiales. En respuesta, Eugenia Ruiz expresó su frustración, generando una interacción tensa entre ambos.
El tono de la conversación escaló rápidamente, con Bati recordando a Eugenia la necesidad de evitar comportamientos destructivos. Él subrayó cómo ciertas acciones podrían ser vistas por el público y afectar la percepción general de los jugadores. Aunque intentó moderar el ambiente, su intervención ya había traspasado las barreras establecidas por el programa.
Tras analizar los hechos, la producción concluyó que la expulsión de Bati era inevitable. Además, Eugenia recibió castigos específicos, como perder la oportunidad de liderazgo y tener un voto limitado en la próxima nominación. Ambas decisiones reflejan el compromiso del programa por preservar la equidad y neutralidad dentro del espacio confinado.
Con estas medidas, Gran Hermano envía un mensaje claro a todos los involucrados: cualquier intento de alterar la dinámica del juego tendrá consecuencias severas. Queda ahora en manos de los restantes participantes demostrar que pueden competir lealmente, respetando las reglas que definen la esencia misma del reality.