Un inesperado evento durante el partido entre Atlético y Betis provocó la interrupción del juego debido a una situación de emergencia sanitaria. El árbitro Adrián Cordero Vega tomó la decisión de pausar el encuentro en dos ocasiones, mientras se atendía a un aficionado con problemas cardíacos. Este incidente generó reacciones diversas entre los espectadores, quienes finalmente decidieron no regresar a sus asientos tras percibir irregularidades en las acciones policiales.

Además, surgieron quejas relacionadas con la actuación de las fuerzas de seguridad, acusadas de aprovecharse de la situación para confiscar objetos personales de los hinchas. Esto desató críticas hacia las autoridades, destacando preocupaciones sobre el manejo de la contingencia y su impacto en la experiencia de los aficionados.

Suspensión Temporal del Encuentro

El desarrollo del partido sufrió una pausa repentina cuando el árbitro decidió detener el juego ante una situación crítica de salud. La atención médica fue rápida, pero la ansiedad invadió al público mientras se esperaba información oficial. Afortunadamente, tras unos minutos angustiosos, se confirmó que la persona afectada había sido estabilizada y trasladada a un centro hospitalario.

La decisión de suspender el partido no fue arbitraria, sino una medida necesaria para garantizar la seguridad de todos los presentes. Durante estos momentos tensos, tanto jugadores como espectadores mostraron solidaridad con la víctima. Sin embargo, esta pausa también dio pie a controversias adicionales, ya que algunos seguidores afirmaron que las autoridades utilizaron la emergencia para realizar actos indebidos, lo cual añadió complejidad a una situación ya delicada.

Reclamos contra Acciones Policiales

Tras la reanudación del juego, un grupo de aficionados optó por permanecer fuera de sus asientos como forma de protesta. Su malestar derivaba principalmente de las supuestas intervenciones excesivas por parte de las fuerzas de seguridad, quienes habrían requisado materiales de los hinchas bajo circunstancias cuestionables. Esta acción generó indignación entre los miembros más radicales del Frente Atlético.

Las críticas se extendieron rápidamente a través de redes sociales, donde se denunciaron casos específicos de abuso de poder. Según testimonios compartidos en plataformas digitales, agentes retuvieron a niños y adultos mayores durante la revisión, algo que muchos consideraron injustificado e innecesario. Estas acusaciones pusieron en entredicho el manejo profesional de la situación por parte de las autoridades, aumentando las tensiones entre los aficionados y las fuerzas de seguridad durante el resto del partido.