El Foro de Familias de Secuestrados y Desaparecidos ha lanzado un llamado a la acción, instando a una huelga general en Israel este próximo domingo. El objetivo primordial es respaldar a sus seres queridos, que se encuentran retenidos por Hamás y la Yihad Islámica. Esta medida de presión busca acelerar un acuerdo que garantice la liberación de los rehenes y ponga fin a las hostilidades en la Franja de Gaza.
La convocatoria ha encontrado un eco masivo, con decenas de municipios, asociaciones, instituciones académicas y empresas confirmando su participación. Entre los respaldos políticos, destaca el del partido centrista Yesh Atid, liderado por Yair Lapid, jefe de la oposición. Lapid, en un mensaje en la plataforma X, exhortó a la ciudadanía a sumarse, enfatizando que esta movilización no es una cuestión política, sino un imperativo moral y humano dictado por el sufrimiento de las familias. Afirmó que la consternación por la situación de los rehenes, ilustrada por videos desgarradores como el de Evyatar, es universal y que la huelga debe manifestar la solidaridad y el “bien común” del pueblo israelí.
Este paro se produce en un momento de estancamiento en las conversaciones para una tregua, crucial para el cese del fuego en Gaza y el regreso de los aproximadamente 50 rehenes que aún permanecen en manos de Hamás. La situación de estos cautivos es cada vez más precaria, estimándose que solo unos 20 siguen con vida. Las recientes acciones militares israelíes, que incluyen planes para tomar la ciudad de Gaza, han complicado aún más las negociaciones. El Foro de Familias advierte que una incursión terrestre a gran escala en el norte de la Franja podría significar la “sentencia de muerte” para los secuestrados.
La decisión del gabinete de Benjamín Netanyahu, adoptada el 8 de agosto, y la difusión de videos que muestran a rehenes en grave estado, han exacerbado la angustia entre los israelíes, especialmente entre los familiares. Convencidos de que el tiempo se agota, han decidido intensificar sus protestas. El Foro subraya que los rehenes se “deterioran en los túneles de la muerte de Hamás” tras 675 días de cautiverio, y que es imperativo “actuar, salir a las calles” para apoyar a las familias y determinar el futuro de los cautivos. Un 80% de los israelíes, según encuestas, apoya el fin de la guerra para asegurar el retorno de los rehenes.
Varias familias de secuestrados se han reunido con Arnon Bar-David, líder de Histadrut, el principal sindicato israelí, que cuenta con unos 850.000 miembros. Bar-David ha expresado su solidaridad, prometiendo no dejarlos solos. Sin embargo, Histadrut no se unirá oficialmente a la huelga general, aunque garantizará a sus afiliados la libertad de participar en las protestas. El dirigente sindical explicó que, si bien su corazón está con las familias, teme que una adhesión total del sindicato politice el movimiento, desviando la atención del objetivo principal: la liberación de los rehenes.
Einav, madre de Matan Zangauker, secuestrado en el kibutz Nir Oz, ha instado a la ciudadanía a unirse a la huelga general. Ella, cuyo hijo fue capturado junto a su novia (liberada en noviembre de 2023), clama: “¡Detengamos el país! Ya no podemos esperar a que el Gobierno logre un acuerdo: quien quiere devolver los secuestrados no ocupa la ciudad de Gaza. Desde ahora, depende de nosotros, del pueblo”.
Ante la creciente presión internacional y la oposición interna, incluyendo críticas del jefe del Ejército, Eyal Zamir, Netanyahu ha defendido la ampliación de la ofensiva como la única vía para “acabar con el último reducto de los terroristas”. Argumenta que esta es la forma más rápida de finalizar la guerra, garantizar que Hamás no controle más Gaza y asegurar el regreso de los secuestrados.