Un grupo de músicos emprendió un viaje épico por varios países de América Latina, enfrentando desafíos únicos y creando momentos inolvidables. Desde problemas estomacales hasta terremotos, desde emocionantes presentaciones en festivales masivos hasta experiencias culturales profundas, esta gira no solo transformó a los artistas, sino que también conectó con miles de personas a lo largo del camino. Este relato detalla su travesía, marcada por la camaradería, el esfuerzo conjunto y las lecciones aprendidas en cada destino.
Todo comenzó en Cartagena, España, cuando cinco músicos partieron hacia Murcia para recoger a otros dos integrantes del equipo. Luego, en Madrid, se unieron tres compañeros más. Con una cuidadosa organización liderada por Tasio, quien preparó etiquetas para identificar cada bulto, el grupo estaba listo para embarcarse en una aventura de 28 días que incluiría siete conciertos en cinco naciones diferentes. La logística era compleja: ocho vuelos, 40 maletas y un montón de historias por escribir.
El primer país de destino fue México. Después de un largo vuelo, durante el cual Miguel y Dani mantuvieron largas conversaciones mientras otros jugaban videojuegos para pasar el tiempo, llegaron al aeropuerto donde fueron recibidos por seguidores entusiastas. En Ciudad de México, la vida diaria del grupo giraba entre promociones, entrevistas y ensayos, pero también enfrentaron algunos contratiempos como problemas digestivos generalizados y hasta dos terremotos. A pesar de estos desafíos, su actuación en Vive Latino resultó ser un éxito resonante, destacándose especialmente por la conexión con el público.
En Buenos Aires, Argentina, continuaron su periplo. Allí asistieron a un concierto de Carolina Durante que dejó huella en muchos miembros del equipo, especialmente en aquellos que se emocionaron hasta las lágrimas recordando experiencias pasadas. Sin embargo, no todo fue felicidad; Tonny tuvo que visitar un hospital debido a complicaciones médicas, lo que reflejó cómo la presión constante podía afectar físicamente a los integrantes. También vivieron momentos tensos debido a manifestaciones públicas y debates políticos locales que impactaron indirectamente su estadía.
Chile fue el siguiente punto de parada. Aunque inicialmente preocupados por la baja asistencia en sus shows, el grupo encontró satisfacción al saber que aquellos que acudieron mostraron gran entusiasmo. Además, tuvieron la oportunidad de disfrutar de presentaciones memorables de otras bandas, como Sepultura y Tool, que reafirmaron su amor por la música en su forma más pura.
Culminaron su gira en Colombia, específicamente en Bogotá, donde enfrentaron altibajos emocionales significativos. Pese a ello, lograron realizar un concierto emotivo en Estereo Picnic, marcado por mensajes personales compartidos con el público y un renovado sentido de propósito musical.
A medida que avanzaba el tour, cada uno de los participantes experimentó cambios internos importantes. Algunos descubrieron nuevas formas de enfrentar el estrés, otros fortalecieron vínculos entre ellos mismos y todos juntos comprendieron mejor el valor de compartir su arte con audiencias diversas. Este viaje no solo consolidó su carrera profesional, sino que también les brindó perspectivas vitales que quedarán grabadas para siempre en sus corazones.