La parte que más disfruta de su trabajo es conocer a fondo a sus clientes para reflejar su historia y esencia. Crece tristeza al ver que ahora todo tiene que parecer nórdico por definición. Vestir con un vaquero y una camisa blanca es fácil, pero el verdadero desafío es encajar las cosas más insospechadas y hacer de ello una obra de arte. Allí es donde nace la magia.
Su pasión por el diseño de interiores la motiva a hacer este servicio accesible y cercano para un público amplio. Ofrece proyectos a pequeña escala en "talleres de un día", trabajando personalmente con los clientes para brindar ideas y soluciones eficientes.
Su familia y otros animales son sus libros preferidos. Cuando se mudó apresuradamente un mes antes de dar a luz, recordó a los Durrell y pensó que era la oportunidad perfecta de recrear la villa decadente que siempre quiso vivir. Cada rincón de su casa cuenta una historia y crea un ambiente especial. Por ejemplo, el salón es el espacio donde se reúnen la familia y reciben a los amigos. Ha diseñado este rincón para ser cómodo y acogedor, con muebles que invitan a la conversación hasta tarde en la noche.
Las lámparas y los cuadros son sus objetos más preciados. Los elige con mucho cuidado, ya que creen que son capaces de decir mucho sobre su dueño o no decir nada. También tiene un rincón navideño lleno de detalles, como una jaula con pavos reales de plata.
Procura que cada invitado se sienta valorado. Tener una casa bonita para compartirla es una forma de generosidad. Como buena riojana, cree que el vino lo mejora todo. Mantiene tradiciones familiares y tiene a Dios en el centro, pensando especialmente en quienes están pasando por momentos difíciles.
Su hogar es un reflejo de su personalidad y amor por la decoración. Cada rincón cuenta una historia y crea un ambiente especial. Desde el dormitorio principal hasta el dormitorio del bebé, con muebles y detalles que transmiten calidez y amor.