Tres hermanos, Gael de 18 años, Cora de 15 y Pilar de 11, han compartido con la revista Quem detalles sobre su vida cotidiana lejos de los reflectores. Residiendo en una finca ubicada en la región serrana de Río de Janeiro, esta familia ha decidido conectar más profundamente con la naturaleza y dedicarse a procesos artesanales para elaborar bebidas. Su madre Vanessa mencionó que están comenzando a cultivar lúpulo y producir cerveza artesanal como parte de esta nueva etapa.

Ubicados en un entorno natural privilegiado, estos jóvenes han decidido adoptar un estilo de vida más vinculado a las tradiciones rurales. A través de su proyecto agrícola, no solo buscan satisfacer necesidades personales, sino también explorar la posibilidad de generar productos locales de calidad. Este cambio representa una transformación significativa en sus vidas, marcando un antes y un después en cómo interactúan con su entorno.

El cultivo del lúpulo es solo uno de los muchos aspectos de este emprendimiento familiar. La elección de enfocarse en la producción artesanal refleja un interés creciente por métodos sostenibles y técnicas ancestrales. Este enfoque les permite experimentar con sabores únicos y desarrollar habilidades prácticas que van más allá del ámbito digital o urbano.

Este nuevo capítulo en sus vidas demuestra cómo las personas pueden adaptarse y encontrar nuevas pasiones incluso después de haber sido conocidas públicamente. Al compartir su experiencia, inspiran a otros a considerar opciones más conectadas con la naturaleza y menos dependientes de tecnologías modernas.

Con este giro hacia lo rural y lo artesanal, esta familia no solo está cambiando su propio destino, sino también contribuyendo a la revitalización de prácticas casi olvidadas. Su historia es un testimonio viviente de cómo la conexión con la tierra puede ofrecer oportunidades inesperadas y gratificantes.