Las recetas saludables que inundan nuestras redes sociales, como brownies sin azúcar y galletas keto, parecen ofrecer una alternativa más ligera y nutritiva. Sin embargo, detrás de esta apariencia atractiva se esconde una realidad menos favorable. Estos platos, aunque prometen ser bajos en carbohidratos y con pocos ingredientes, suelen ser altamente calóricos y engañosos. Expertos en nutrición advierten que estas recetas no solo son innecesarias en una dieta equilibrada, sino que también pueden llevar a un consumo excesivo de calorías sin darse cuenta.

El Engaño Nutricional Detrás de la Moda

Estas recetas populares en redes sociales venden la idea de ser saludables por la ausencia de harina y azúcar, pero en realidad, muchas veces contienen altos niveles de grasas y calorías. Los consumidores, confiando en la apariencia del producto final, pueden caer en la trampa de creer que están comiendo algo ligero cuando en realidad están ingiriendo mucho más de lo que esperaban. Además, estos platos a menudo son creados por influencers sin formación en nutrición, lo que agrava el problema.

Según Núria Monfulleda, médica y nutricionista, muchas de estas recetas no son necesariamente mejores desde un punto de vista nutricional. Por ejemplo, usar harina de avena puede parecer más saludable debido a su contenido de fibra y proteínas, pero sigue siendo un tipo de harina. Del mismo modo, los dátiles, utilizados como sustituto del azúcar, siguen proporcionando azúcares libres que tienen efectos similares al azúcar común. Este engaño puede llevar a un consumo indiscriminado de alimentos que se cree son más saludables, pero en realidad no lo son.

La Falacia de las Recetas Simples y Rápidas

La tendencia hacia recetas minimalistas, como brownies con solo dos ingredientes, sugiere que preparar alimentos saludables es fácil y rápido. Sin embargo, este enfoque simplista a menudo resulta en productos finales de baja calidad y poco satisfactorios. Jordi Fenoll, chef del restaurante Margarit, critica que estas recetas tienden a tener texturas pobres, como panes sin harina que se asemejan a esponjas para ducharse. Además, este tipo de recetas desvían la atención de aprender a cocinar adecuadamente y fomentan soluciones rápidas y poco nutritivas.

Monfulleda recomienda disfrutar de un brownie tradicional si se tiene antojo, ya que será más gratificante y permitirá un mayor disfrute culinario. Consumir un brownie bien hecho y luego continuar con una dieta balanceada es una opción mucho más razonable. Lo mismo se aplica a otras tendencias, como pizzas de coliflor, que simplemente no replican la experiencia de comer una pizza real. En su lugar, Fenoll propone opciones históricas como la fainá, una preparación tradicional para celíacos y veganos que usa harina de garbanzos, agua, aceite de oliva y sal.