El reconocido actor español, Luis Tosar, comparte sus experiencias y perspectivas en una conversación que abarca diversos temas, desde su trayectoria profesional hasta cuestiones sociales y políticas. En esta entrevista, Tosar habla sobre su nuevo proyecto televisivo, “Matices”, destacando cómo enfrenta desafíos interpretativos con gran intensidad emocional. Además, reflexiona sobre la importancia de los actores en la normalización de la salud mental, las tensiones entre éxito comercial y autenticidad personal, y su postura frente a la política actual. Con un tono sincero y cargado de introspección, el galardonado artista también evoca momentos clave de su carrera y homenajea a figuras fundamentales en su desarrollo profesional.
En una charla íntima bajo un calor sofocante, Luis Tosar dejó claro que no es solo un actor consumado, sino también un ser humano profundamente conectado con sus raíces y preocupaciones sociales. Aunque su fama podría haberlo llevado hacia un camino más superficial, Tosar insiste en la necesidad de mantenerse fiel a sí mismo. Su último trabajo, la serie “Matices” para SkyShowtime, lo pone nuevamente en la piel de un personaje complejo, un psiquiatra cuya vida está llena de matices emocionales. Este rol le permite explorar aún más las implicaciones del estigma social relacionado con la salud mental, tema que considera crucial para el desarrollo personal y colectivo.
Tosar reconoce que la genética puede haberle facilitado ciertos aspectos de su carrera, pero subraya que no siempre fue fácil. Por ejemplo, admite haber dudado de su apariencia física como obstáculo en sus aspiraciones juveniles. Sin embargo, su talento innato y dedicación lograron superar tales barreras. También destaca la influencia del psicoanálisis en el mundo de la actuación, especialmente dentro de la escuela argentina, y cómo esta práctica ha ayudado a muchos actores a manejar mejor las exigencias emocionales inherentes a su profesión.
Además, Tosar critica con franqueza la tendencia moderna de mercantilizar problemas de salud mental, advirtiendo sobre el peligro de trivializar dichas condiciones. Mientras algunos famosos exponen sus traumas en libros o documentales, Tosar prefiere enfocarse en su propio proceso interno sin necesidad de dramatizarlo públicamente. Esta postura refleja su ética profesional y personal, rechazando cualquier forma de explotación comercial de su imagen o historia personal.
Otro aspecto relevante de la conversación es su relación con la política. Si bien Tosar confiesa haber estado involucrado anteriormente en actividades políticas, ahora se distancia de ellas debido a su percepción de ineficacia. Reconoce que, aunque algunos líderes políticos muestran compromiso genuino, el sistema político actual tiende a polarizar más que resolver problemas reales. Esto lo lleva a sentir frustración ante la falta de progreso tangible, particularmente en temas como la justicia internacional y los derechos humanos.
A pesar de estos desafíos, Luis Tosar sigue encontrando inspiración en su trabajo y en las personas que lo rodean. La reciente pérdida de Piti Sanz, amigo cercano y colaborador en proyectos menos convencionales, lo ha llevado a valorar aún más su pasado y a redescubrir conexiones significativas. Este tributo al underground gallego le recuerda la importancia de preservar su esencia creativa incluso mientras navega por aguas comerciales más amplias.
Finalmente, Tosar concluye que, aunque el éxito puede parecer tentador, seguir siendo auténtico es vital para su bienestar y satisfacción profesional. Reconoce que el equilibrio entre familia, responsabilidades laborales y aspiraciones personales es constante, pero afirma que cada desafío vale la pena si contribuye a una vida plena y significativa. Su pasión por la actuación y su compromiso con causas importantes siguen siendo pilares fundamentales de su identidad como artista y ciudadano global.