A lo largo de su trayectoria profesional, una actriz ha interpretado numerosos personajes marcados por la violencia, el abuso y la marginación. Estas experiencias le han permitido reflexionar sobre cómo la industria audiovisual moldea ciertas narrativas y estereotipos en torno a cuerpos como el suyo. En particular, destaca su participación en un proyecto reciente donde planteó importantes preguntas sobre la representatividad y la identidad de género.

En su carrera, esta artista se ha enfrentado a roles que reflejan historias difíciles: mujeres maltratadas, víctimas de relaciones tóxicas, agresiones sexuales y violencia extrema. Estas interpretaciones no solo desafiaron sus capacidades actorales, sino que también le hicieron cuestionarse profundamente sobre cómo los medios visuales construyen imágenes y expectativas sociales.

Uno de los momentos clave llegó cuando fue invitada a audicionar para un papel específico: Geni. Ante esta oportunidad, decidió plantear una pregunta esencial: ¿Por qué se opta por reinterpretar a Geni sin reconocer su identidad trans? Esta inquietud pone de manifiesto un diálogo más amplio sobre inclusión y autenticidad en la pantalla.

Este proceso personal de exploración y crítica resalta la importancia de reevaluar las narrativas tradicionales dentro del cine y la televisión. Al mismo tiempo, subraya la necesidad de ofrecer espacios genuinos para que las personas puedan representarse a sí mismas de manera fiel y empoderadora.

Las reflexiones compartidas por esta actriz invitan tanto a creadores como a espectadores a reconsiderar cómo las historias que contamos pueden impactar en nuestras percepciones colectivas. Más allá de simples representaciones, cada elección artística tiene el potencial de transformar y educar, creando un mundo más comprensivo y equitativo.