El Departamento de Defensa de Estados Unidos enfrenta una investigación formal tras la revelación de prácticas inadecuadas relacionadas con el uso de aplicaciones comerciales para tratar temas confidenciales. Este caso, conocido como "Signalgate", ha generado preocupación sobre posibles violaciones a las normas de seguridad y protección de datos sensibles. La indagatoria, liderada por Steven Stebbins, inspector general interino del Pentágono, busca determinar si los funcionarios cumplieron con las políticas establecidas para la gestión adecuada de información clasificada. En particular, se analizará el empleo de Signal, una plataforma de mensajería que configuró automáticamente la eliminación de conversaciones potencialmente comprometedoras.
La controversia surgió cuando Mike Waltz, consejero de Seguridad Nacional, involuntariamente añadió al editor jefe de The Atlantic, Jeffrey Goldberg, a una sala de chat donde discutían detalles críticos sobre un ataque militar en Yemen. Durante cuatro días, diversos miembros del Gabinete compartieron información delicada, incluyendo objetivos estratégicos y recursos militares desplegados. Pete Hegseth, secretario de Defensa, incluso reveló horarios operativos con antelación suficiente para generar riesgos significativos para las tropas estadounidenses.
El escándalo ha llevado al Comité de Servicios Armados del Senado a solicitar medidas correctivas. Dirigidos por Roger Wicker y Jack Reed, los legisladores enviaron una carta oficial exigiendo claridad sobre cómo se gestionaron las comunicaciones dentro del marco legal. Según fuentes cercanas, el borrado programado de mensajes podría constituir una infracción grave contra las regulaciones vigentes sobre documentación gubernamental.
Con esta revisión, el Pentágono espera reforzar sus protocolos internos y evitar futuros incidentes que comprometan la seguridad nacional. Además, se destacará la necesidad de capacitación continua entre los funcionarios para garantizar que entiendan plenamente las implicaciones de utilizar herramientas tecnológicas no autorizadas en contextos oficiales.