El tenista canadiense Denis Shapovalov logró este fin de semana su tercer título profesional, destacándose en un torneo ATP 500. Este éxito no solo marca un hito en su carrera, sino que también subraya su capacidad para enfrentarse a los mejores del circuito. Durante el evento, Shapovalov demostró una formidable resistencia al derrotar a tres jugadores dentro del top-10 mundial, incluyendo al noruego Casper Ruud en la final. Esta victoria reafirma las expectativas iniciales que rodearon al jugador desde sus primeros años en el deporte y sugiere un regreso triunfal después de temporadas anteriores menos exitosas.
La trayectoria de Shapovalov ha sido un viaje lleno de altibajos. Aunque comenzó con grandes promesas, incluyendo llegar a la final del Masters 1000 de París en 2019 y vencer a figuras como Rafael Nadal, los últimos años lo vieron enfrentando desafíos significativos. Sin embargo, esta victoria cambia la narrativa. En la final, el canadiense mostró una concentración excepcional y una estrategia sólida para superar a Ruud en dos sets. El partido culminó en 1 hora y 40 minutos, con marcador de 7-6 (5) y 6-3. Estos resultados son testimonio del esfuerzo constante y la dedicación que Shapovalov ha mantenido a lo largo de su carrera.
Este triunfo tiene un sabor especial para el tenista de 25 años, quien ha experimentado tanto éxitos como desilusiones. La importancia de este trofeo se ve realzada por el hecho de que es el primero que gana en un ATP 500, un nivel de competencia más elevado que sus títulos previos. Además, Shapovalov se convierte en el primer campeón canadiense en este torneo desde Milos Raonic en 2013. Su camino hacia la victoria, derrotando a tres jugadores del top-10, también lo sitúa en una élite selecta, siendo el primero en lograrlo desde Arthur Fils en Hamburgo el año pasado.
Shapovalov atribuye parte de su éxito reciente a la confianza renovada y al apoyo de su equipo. Después de levantar su primer trofeo en Estocolmo en 2019, seguido de otro en Belgrado en 2022, el canadiense ha encontrado un equilibrio entre experiencia y juventud. Su mensaje tras la victoria refleja una actitud humilde y persistente: "Tengo que seguir trabajando duro porque definitivamente tiene recompensa". Este espíritu de perseverancia parece ser clave para su continuo crecimiento en el mundo del tenis.