Este año, Patricia Conde y Aitor Albizua volvieron a reunir a sus familias para disfrutar juntos de Telepasión. Sin embargo, la noche tomó un giro inesperado cuando se reveló una gran mentira. Entre risas y situaciones surrealistas, la cena se convirtió en un espectáculo tan divertido como el propio programa. La participación de David Broncano y su equipo de La Revuelta añadió un toque especial al evento, demostrando que Telepasión puede sorprender incluso después de tantos años.
La breve aparición de David Broncano junto a LalaChus interpretando "El fin del mundo" fue uno de los momentos más comentados de la noche. Aunque Broncano no es conocido por su habilidad musical, su presencia en el escenario fue suficiente para generar expectación. Muchos espectadores esperaban ver más de La Revuelta, pero incluso esa pequeña intervención fue bien recibida. En última instancia, Telepasión logró cumplir con una de sus metas: incluir a las estrellas de la televisión pública en su tradicional festejo.
Telepasión ha evolucionado a lo largo de los años, adaptándose a los cambios en el panorama televisivo, pero manteniendo su esencia. La costumbre de emitir este programa tras el mensaje del Rey se ha consolidado como parte inseparable de la celebración navideña. Intentar reemplazarlo con otra programación sería romper con una tradición que ha sobrevivido a varias generaciones. La gente espera ver Telepasión en Nochebuena, ya sea para disfrutarlo o simplemente para criticarlo.
Los comentarios en redes sociales reflejaron el impacto que tuvo la inclusión de David Broncano. A pesar de que su actuación no fue la mejor de la noche, su participación generó una gran cantidad de opiniones favorables. Otros momentos destacados incluyeron las interpretaciones de Paula Vázquez y Adriana Abenia de "Waterloo", así como el apoteósico final al ritmo de "Somebody to Love". Estos números demostraron que Telepasión sigue siendo capaz de ofrecer entretenimiento de calidad, incluso en un entorno tan familiar como la cena de Nochebuena.
Más allá de las críticas, Telepasión cumple un papel importante en la televisión pública. Implica a sus presentadores más queridos, exponiéndolos a situaciones que pueden ser incómodas, pero que forman parte de crear ese espíritu navideño. El programa es una manera de decir que en Navidad, lo prometido es deuda. Los presentadores y artistas participantes hacen todo lo posible para brindar una experiencia memorable a los espectadores, recordándoles que la televisión pública también tiene su lugar en estas fechas especiales.
Hace años, la programación navideña incluía el mensaje del Rey, Telepasión y luego especiales con artistas como Raphael o Rocío Jurado. Hoy en día, aunque algunas de esas tradiciones han quedado en el recuerdo, Telepasión sigue siendo un elemento constante. La Nochebuena sin este programa sería incompleta, careciendo de aquellos momentos que tanto definen la celebración: las abuelas pidiendo silencio, los cuñados protestando y los niños cantando al ritmo de las canciones de la tele. A pesar de los cambios, Telepasión sigue siendo el entrante perfecto para la cena de Nochebuena.
Luego de Telepasión, la música toma el protagonismo en la noche navideña. Este año, Estopa fue el encargado de cerrar la velada con un concierto televisado que dejó un sabor de boca excepcional. Los hermanos José y David Muñoz celebraron sus 25 años de carrera con un repertorio de grandes éxitos, acompañados por amigos como Lola Índigo, Paul Thin, Manuel Carrasco y Amaral. La sorpresa de la noche llegó con la participación de Grison, quien compartió un momento auténtico en un bar, recordando los orígenes humildes de Estopa.
Lo que hace a Estopa especial es su capacidad para mantenerse fiel a sus raíces, incluso después de tantos años de éxito. Su presencia en la televisión navideña no solo ofrece un espectáculo musical, sino que también conecta a los espectadores con esa sensación de pertenencia y comunidad que caracteriza a la Navidad. Así, mientras otros canales ofrecen películas o especiales alternativos, RTVE sigue apostando por Telepasión y la música en vivo como la verdadera esencia de la celebración navideña.