La ciudad costera italiana de Praia a Mare ha adoptado una medida drástica para controlar el comportamiento juvenil durante las noches de verano: la imposición de un toque de queda para menores de 14 años. Esta decisión, en vigor hasta finales de septiembre, surge como respuesta a una serie de incidentes que incluyen actos vandálicos, el uso irresponsable de patinetes eléctricos y perturbaciones del orden público. Las autoridades locales esperan que esta ordenanza contribuya a la seguridad de los jóvenes y a la preservación de la tranquilidad ciudadana, a pesar de las diversas reacciones que ha generado entre la población.
El alcalde de Praia a Mare justificó la implementación de esta medida, subrayando la necesidad de proteger a los menores de situaciones de riesgo y de comportamientos delictivos. La normativa establece que los jóvenes no acompañados por un adulto responsable no podrán permanecer en espacios públicos durante ciertas horas de la noche, buscando así mitigar la vulnerabilidad de los adolescentes frente a accidentes, agresiones o la exposición a dinámicas de delincuencia juvenil. La iniciativa refleja la preocupación de la administración por el bienestar de sus habitantes y la imagen de la localidad durante la temporada alta.
La administración municipal de Praia a Mare ha puesto en marcha un toque de queda nocturno para los jóvenes menores de 14 años, una disposición que busca responder al incremento de eventos negativos asociados a la presencia de menores en las calles durante la noche. Esta ordenanza se considera un paso crucial para salvaguardar la integridad de los adolescentes y asegurar un ambiente de paz para los residentes y visitantes de esta concurrida localidad costera. La medida, que ha sido recibida con opiniones divididas, subraya la importancia de la supervisión parental y la responsabilidad compartida en la formación de los jóvenes.
El decreto municipal, impulsado por el alcalde Antonino De Lorenzo y con validez hasta el 30 de septiembre, prohíbe que los menores de 14 años circulen o se reúnan sin la compañía de un adulto responsable entre las 00:30 y las 07:00 horas. Esta acción se ha tomado debido a una escalada de situaciones problemáticas, como el vandalismo, el consumo de sustancias y la participación en actividades delictivas menores, que no solo comprometen la seguridad de los jóvenes sino también la armonía social. La ordenanza también establece sanciones económicas para quienes infrinjan la norma, con multas de 100 euros para el menor infractor y de 250 euros para el tutor legal por incumplimiento del deber de vigilancia.
La introducción de este toque de queda en Praia a Mare ha desencadenado un debate entre la comunidad, con algunos sectores apoyando la iniciativa como un paso necesario para restaurar el orden y prevenir situaciones de peligro, mientras que otros la ven como una restricción excesiva a la libertad de los jóvenes. A pesar de las críticas, la emergencia de seguridad percibida ha llevado a las autoridades a tomar esta decisión firme, priorizando la protección de los menores y la tranquilidad pública, especialmente en un período de alta afluencia turística que exacerba los desafíos de convivencia.
La situación, calificada como una \"emergencia en aumento\" por las autoridades locales, se agrava durante el verano, cuando la población de Praia a Mare se multiplica. Los incidentes protagonizados por menores, que van desde actos de vandalismo hasta el abuso de sustancias, ponen en riesgo su bienestar físico y psicológico, además de generar problemas de convivencia. La medida busca ser un disuasorio efectivo contra estas conductas. Aunque algunos padres y comerciantes han manifestado su aprobación, considerándola esencial para la seguridad y la prevención de riesgos, otros argumentan que la ordenanza afecta negativamente a los menores que cumplen las normas y limita indebidamente su autonomía. Esta diversidad de opiniones refleja la complejidad de encontrar un equilibrio entre la protección de la juventud y el respeto de las libertades individuales.