En este artículo, exploramos las valiosas recomendaciones de una reconocida profesional del fitness y la fisioterapia para comenzar un viaje hacia una vida más saludable. A medida que entramos en un nuevo año, muchos se proponen incorporar el ejercicio como parte integral de su rutina diaria. Sin embargo, mantener esta resolución puede ser desafiante. Esta experta nos ofrece tres pasos esenciales para asegurar que el deporte se convierta en un hábito duradero y disfrutable.
La clave para iniciar un plan de ejercicios exitoso radica en la planificación y la mentalidad correcta. En lugar de esperar fechas específicas como el primer día del año o el lunes, es fundamental empezar lo antes posible. Además, establecer metas claras y escritas ayuda a mantenernos enfocados y comprometidos. Estos objetivos deben incluir plazos cortos, medios y largos para ofrecer un camino estructurado hacia el éxito.
El primer paso es definir cuándo dar el salto. La experta sugiere no retrasar innecesariamente el inicio del entrenamiento. En lugar de aguardar por una fecha simbólica, es mejor comenzar mañana mismo. Este enfoque implica también planificar los días de entrenamiento con anticipación, igual que organizaríamos cualquier otra actividad importante. De esta manera, el ejercicio se vuelve una prioridad constante en nuestra agenda semanal. Es crucial comenzar de manera gradual y tranquila, sin sobrecargarnos desde el principio. Los objetivos deben ser realistas y escritos, proporcionando una guía clara y tangible para seguir. Esto no solo aumenta la probabilidad de cumplirlos sino que también refuerza nuestra determinación al tener un recordatorio físico de nuestras intenciones.
Escoger actividades físicas que disfrutemos es vital para mantener la motivación a largo plazo. Las opciones deben ser compatibles con nuestros gustos personales y estilo de vida. Además, es esencial que estos objetivos sean alcanzables y adaptados a nuestro ritmo individual.
El segundo consejo es elegir una actividad que realmente disfrutemos. Si detestamos correr, por ejemplo, forzarnos a hacerlo probablemente llevará al fracaso. En cambio, debemos buscar actividades que nos hagan sentir bien y nos motiven a continuar. También es importante que los objetivos sean manejables y sostenibles a corto plazo, evitando así la frustración que surge cuando se establecen expectativas demasiado altas. En cuanto al tiempo de entrenamiento, es recomendable empezar con sesiones breves y aumentar gradualmente tanto la frecuencia como la intensidad. Para los principiantes, dos días a la semana con 30 minutos de ejercicio pueden ser suficientes inicialmente. A medida que ganamos confianza y resistencia, podemos incrementar la cantidad de días y la duración de cada sesión. El objetivo final es tratar el entrenamiento como una prioridad similar a otras responsabilidades importantes, como asistir a reuniones laborales o recoger a los hijos del colegio. Mantenernos motivados durante los momentos difíciles requiere recordar la satisfacción que experimentamos después de cada sesión de ejercicio. Esta sensación positiva siempre compensa el esfuerzo realizado. Por último, acompañar el entrenamiento con una dieta equilibrada es crucial. En lugar de adoptar cambios drásticos, es preferible mejorar poco a poco nuestros hábitos alimenticios. Incorporar modificaciones en el descanso y la gestión del estrés también contribuye significativamente al equilibrio general y al rendimiento energético.