Un incidente sin precedentes ha sacudido al gobierno de Donald Trump, cuando un periodista fue accidentalmente incluido en una conversación confidencial sobre operaciones militares en Yemen. La filtración, considerada como una grave falla de seguridad, reveló detalles sensibles acerca de los ataques contra los hutíes y ha generado críticas hacia el manejo de información clasificada dentro del gobierno. Este caso no solo pone en duda la eficacia de los protocolos de comunicación, sino que también expone divisiones internas sobre la conveniencia de intervenir en conflictos internacionales.
El 13 de marzo, Jeffrey Goldberg, editor de The Atlantic, fue inadvertidamente agregado a un grupo de mensajería en Signal donde funcionarios clave debatían en tiempo real la planificación de una ofensiva militar en Yemen. Según informes, el error ocurrió debido a un número telefónico similar al del destinatario correcto. Durante su breve participación en el chat, Goldberg tuvo acceso a detalles cruciales, como el armamento a utilizar y el cronograma de las operaciones. Este lapsus ha sido calificado como una "grave brecha de seguridad" por expertos y legisladores.
La discusión en el chat reflejaba tensiones internas sobre la intervención en Yemen. Algunos altos funcionarios cuestionaban la necesidad de involucrar a Estados Unidos en un conflicto que afecta principalmente a países europeos. Por ejemplo, el vicepresidente JD Vance expresó su desacuerdo con la operación, argumentando que Europa debería asumir más responsabilidad. Otros, como Mike Waltz y Pete Hegseth, defendieron la intervención estadounidense como esencial para restaurar la seguridad marítima.
El uso de aplicaciones de mensajería no oficiales para discutir información sensible ha generado preocupación entre aliados internacionales y miembros del Congreso. Legisladores han exigido explicaciones sobre cómo se gestiona la información confidencial, mientras que aliados como Reino Unido y Francia solicitan garantías para evitar futuras filtraciones. Este incidente llega en un momento crucial, dado el aumento de tensiones en el mar Rojo debido a los ataques de los hutíes contra barcos comerciales.
En respuesta al escándalo, el gobierno de Trump ha anunciado una investigación interna para determinar cómo ocurrió el error y evaluar la necesidad de ajustar los protocolos de comunicación. Aunque algunos intentan minimizar el impacto político, expertos en seguridad coinciden en que esta falla compromete operaciones en curso y pone en riesgo vidas humanas. El caso subraya la importancia de fortalecer medidas de protección en un contexto de creciente complejidad geopolítica.