En el corazón de una aldea rural gallega, una familia ha creado un santuario para sus escapadas. Este refugio de 100 metros cuadrados ofrece un espacio minimalista y funcional que se integra perfectamente con su entorno natural. Diseñado por el estudio 2es+_oficina de arquitectura, este pabellón utiliza materiales tradicionales como la madera carbonizada junto a elementos contemporáneos como los grandes ventanales. La combinación de estos elementos permite a la familia disfrutar de la belleza del paisaje mientras mantiene un estilo de vida sencillo y relajado.
En el tranquilo pueblo de Viro, situado entre las montañas de Outes en A Coruña, nace este proyecto arquitectónico que combina lo mejor de la tradición y la modernidad. El edificio de una sola planta cuenta con una cubierta ajardinada que no solo embellece el paisaje sino que también contribuye a su eficiencia energética. La estructura rectangular, revestida con madera de cedro japonés tratada con la técnica Shou Sugi Ban, ofrece resistencia y durabilidad mientras crea un vínculo visual con el bosque circundante.
El interior es un espacio abierto y fluido donde cada detalle ha sido cuidadosamente diseñado. La cocina, salón y comedor comparten un área común que invita a la convivencia familiar. Los dormitorios, uno principal y otro secundario, están equipados con paneles correderos que permiten ajustar la privacidad según sea necesario. La zona de día se prolonga hacia una terraza exterior que se funde con el jardín, creando una transición suave entre el interior y el exterior.
Los acabados elegidos, como el microcemento en el suelo y los muebles negros en la cocina, refuerzan el concepto de minimalismo y continuidad. La iluminación natural abunda gracias a los grandes ventanales que inundan de luz todos los espacios, haciendo que la casa parezca aún más amplia y acogedora.
Este proyecto demuestra cómo es posible crear un hogar que respeta el medio ambiente sin renunciar al confort y la estética. Al optar por materiales sostenibles y diseños inteligentes, esta familia ha encontrado una forma de vivir en armonía con la naturaleza. Este refugio no solo es un lugar para descansar, sino también un ejemplo de cómo la arquitectura puede mejorar nuestra relación con el entorno natural que nos rodea.