En una actuación llena de simbolismo y transformaciones, Melody ha presentado su número Esa diva ante los medios en Basilea. Su interpretación combina vestuario impactante con coreografía innovadora que refleja la metamorfosis de una artista convirtiéndose en una figura empoderada. A través de tres actos claramente definidos, el espectáculo mezcla referencias culturales españolas con elementos teatrales contemporáneos.
Melody se enfrentará próximamente al público en el ensayo del jurado para la semifinal del 13 de mayo. Este evento marca un hito crucial en su participación en Eurovisión 2025, donde buscará destacar entre otros artistas internacionales.
Iniciando su presentación, Melody emergió cautivadora sobre una plataforma elevada envuelta en sombras, mostrando una silueta perfilada por juegos de luces estratégicos. Con cada movimiento, su presencia adquirió intensidad, culminando en un momento dramático cuando su imponente cola reveló a cinco bailarines, representando una metáfora visual de transformación y libertad.
A medida que avanzaba su interpretación, Melody desplegó una alfombra LED mientras descendía hacia el público, aumentando su aura de poderío. Este cambio de ritmo marcó la transición hacia una versión más empoderada de sí misma, reemplazando su vestido inicial con un brillante mono plateado que resaltaba su carisma escénico. El gesto simbólico de alzar la mano y revelar una plataforma de mármol blanco subrayó su ascenso como figura moderna y autónoma.
El director creativo Mario Ruiz diseñó un concepto dividido en tres actos que narran la evolución de Melody desde sus raíces culturales hasta su consolidación como artista contemporánea. Cada etapa está cuidadosamente estructurada para honrar tanto a las tradiciones como a las figuras anónimas que trabajan incansablemente en el mundo del teatro.
El primer acto rinde homenaje a la cultura española mediante un vestido negro con cola y un sombrero cordobés. En el segundo acto, Melody emerge detrás de un gran telón rojo como una diva teatral icónica, reconociendo el esfuerzo diario de miles de artistas no famosos. Finalmente, el tercer acto representa su transformación completa hacia una diva moderna que rompe barreras visuales y materiales, simbolizada por el cambio del mármol negro al blanco. Los visuales integran elementos del escenario de Basilea, creando una experiencia inmersiva que conecta pasado y presente.