Mar y Carlos, amigos desde la infancia, decidieron dar un paso significativo en su relación después de un encuentro mundial juvenil católico. Ocho años después, en una ceremonia conmovedora en la Catedral de Albacete, se dieron el "sí, quiero". La novia sorprendió con un vestido a medida creado por Sanmartín Atelier, que combinaba elegancia y personalidad. Además, cada detalle del día fue cuidadosamente planeado para reflejar su historia y valores.

El Diseño Único de un Vestido Nupcial

El vestido de Mar fue el resultado de una colaboración creativa entre ella y el diseñador Jesús San Martín. Desde el principio, Mar sabía lo que no quería en su vestido, lo que le permitió definir claramente su estilo. Optó por un diseño convertible que se adaptara a las diferentes etapas de la ceremonia, buscando elegancia y comodidad. El vestido base, confeccionado en lana fría, ofrecía un look sencillo y sofisticado, mientras que el sobrevestido añadía un toque vintage ideal para la ceremonia religiosa.

La creación del vestido comenzó con una entrevista donde Mar compartió sus preferencias y referencias. Jesús presentó tres bocetos, pero el primero que mostró fue inmediatamente el favorito. Utilizando tejidos provisionales, probaron diferentes estilos hasta encontrar el perfecto. El vestido final incluía detalles como mangas abullonadas y un cuello elevado, complementados por un sobrevestido de seda natural con drapeados que resaltaban la figura de Mar. Este diseño versátil permitió a la novia cambiar de look durante la celebración, manteniendo siempre un aire de distinción.

Detalles Personales y Momentos Memorables

Cada elemento del atuendo de Mar estaba cargado de significado personal. Las joyas, como los pendientes desmontables de M de Paulet y una gargantilla de Swarovski heredada, fueron escogidas con cariño. El ramo de margaritas silvestres, en honor a la madre de Mar, agregó un toque sentimental. En cuanto al maquillaje y peinado, Mar decidió asumir el reto de maquillarse ella misma, optando por un look fresco y luminoso, mientras que su coleta baja con ondas al agua fue obra de Noemí, su peluquera habitual.

El 31 de agosto, Mar y Carlos se unieron en matrimonio en la Parroquia de San Juan Bautista, donde la entrada de la novia dejó un recuerdo imborrable. Aunque hubo momentos divertidos, como cuando Carlos no pudo verla bien debido a la luz, el verdadero significado del día radicaba en la presencia de seres queridos. Los niños de arras, todos sobrinos y primos pequeños, añadieron un toque especial a la ceremonia. Después, en la Finca Bodega Los Aljibes, rodeados de viñedos, continuaron la celebración con cóctel, cena y baile. Para Mar, lo más importante fue la realización de comenzar una nueva vida juntos, rodeados de amor y apoyo.