La inspiración puede llegar en los momentos más inesperados, transformando vidas y perspectivas. El compositor Alejandro Pelayo encontró su musa en una obra literaria que cambió su manera de entender la música y el arte. Después de recibir una sugerencia de Marián Bárcena, Pelayo se sumergió en "Mortal y rosa", un testimonio desgarrador del escritor Francisco Umbral sobre la pérdida de su hijo. Este texto no solo lo impactó profundamente, sino que también lo llevó a crear una pieza musical única titulada "Donde el amor inventa su infinito". La obra combina elementos clásicos con toques contemporáneos, reflejando la complejidad emocional del libro.

El proceso creativo fue intenso y emotivo para Pelayo. Inspirándose tanto en la prosa poética de Umbral como en las estructuras tradicionales de la música sacra, desarrolló una suite que busca transmitir la esencia misma del duelo. Acompañado por un conjunto de músicos talentosos, incluidos Josep Trescoli, José Antonio García, Pablo Pulido y Laura Porras, este proyecto trasciende lo convencional al integrar tecnología electrónica junto con instrumentos acústicos tradicionales. En cada nota, Pelayo aspira a evocar la intimidad y el desamparo presentes en el diario íntimo de Umbral, ofreciendo así una experiencia auditiva que conecta directamente con el alma humana.

Este concierto representa mucho más que una interpretación musical; es una celebración de la vida y un acto de sanación colectiva. Al dedicarlo a aquellos que partieron demasiado pronto, Pelayo subraya la importancia de enfrentar nuestras emociones más profundas mediante el arte. A través de melodías cargadas de sentimiento, invita a los espectadores a compartir sus propios dolores y encontrar consuelo en la belleza de la creación artística. Así pues, esta misa de réquiem contemporánea nos recuerda que incluso en medio del sufrimiento, podemos descubrir caminos hacia la esperanza y la renovación personal. La música tiene el poder de unir corazones y elevar espíritus, demostrándonos que nunca estamos realmente solos en nuestro viaje humano.