El pasado sábado, en el icónico escenario de la Plaza de España durante el SantaLucía Sevilla Fest, Leiva y su banda ofrecieron una actuación impecable que superó todas las expectativas. Con un sonido excepcional y una voz prodigiosa, lograron conectar con sus 17.000 seguidores presentes, quienes corearon tanto los éxitos clásicos como los temas recientes del álbum "Gigante". Este concierto marcó también el inicio de una gira nacional e internacional compuesta por treinta ciudades.
A pesar de haber estado alejado de los reflectores durante año y medio, viviendo en el campo, Leiva mostró emoción pero sin nerviosismo al reencontrarse con su público. Durante el evento, destacó su humildad al agradecer a los asistentes y recordó sus inicios en pequeñas salas como el Fun Club hace más de veinte años. El espectáculo fue redondo, desde la interacción con el público hasta la magistral interpretación de canciones emblemáticas.
Leiva no sigue los estereotipos tradicionales de una estrella del rock. Su estilo de vida es austero y alejado de excesos, como demostró cuando se marchó al campo para desconectar durante año y medio. Aunque esta ausencia generó algo de ansiedad antes de volver a los escenarios, tan pronto como subió al escenario, todo fluyó naturalmente. Su conexión con el público fue palpable, demostrando que su lugar está indudablemente sobre las tablas.
En contraste con las típicas historias de desenfreno asociadas a los artistas famosos, Leiva prefiere mantenerse sencillo. Antes del concierto, incluso salió a correr por Sevilla, interactuando con sus fanáticos de manera casual. Durante el show, expresó gratitud hacia quienes pagan por verlo actuar, reconociendo el valor de ese gesto. Esta autenticidad lo distingue, especialmente al recordar sus inicios en pequeñas discotecas como el Fun Club, donde tocaba ante públicos reducidos, comparado con el colosal éxito actual que disfruta en espacios como la Plaza de España.
La diversidad del público presente fue notable, abarcando diversas edades y contextos, incluyendo embarazadas, familias con bebés, jóvenes y grupos sociales variados. Una de las peticiones más notables del artista fue que durante ciertas canciones se guardaran los móviles, algo que el público cumplió a rajatabla, creando un ambiente íntimo y respetuoso. La atmósfera fue mágica, con todos sumergidos en la música.
El concierto comenzó con una introducción visual impactante, proyectada en pantallas gigantes, mientras sonaba "Bajo Presión". Las luces intensas cambiaron de color, acompañando melodías como "La Lluvia en los Zapatos" y "Gigante", ambas celebradas efusivamente por los asistentes. En total, interpretaron veintidós canciones, repartidas equitativamente entre temas del nuevo disco y antiguos favoritos. El cierre llegó con "Estrella Polar" y "Lady Madrid", dejando al público extasiado con los brazos en alto, sintiéndose parte de un espectáculo casi perfecto.