En décadas pasadas, las narrativas televisivas centradas en las clases altas dominaban la pantalla chica. Series como Falcon Crest o Dinastía eran símbolos de lujo y poder. Sin embargo, estas producciones no solo mostraban vidas opulentas, sino que también perpetuaban estereotipos sobre individuos de otras clases sociales. Más tarde, con el auge de series modernas como Succession y películas como Mountainhead, se ha explorado una representación más cruda y realista del comportamiento sociopático de las élites corporativas y económicas actuales.
Aunque antes los personajes de clase media o baja aparecían como arquetipos simples, hoy en día son retratados con mayor complejidad. Succession destaca por su análisis profundo de cómo las élites ven al resto de la sociedad, mientras que Mountainhead lleva esta perspectiva un paso más allá, cuestionando incluso nuestra existencia dentro de estos relatos.
Desde sus inicios hasta nuestros días, las historias sobre riqueza han pasado por diversas etapas. En el pasado, las tramas giraban en torno a familias adineradas con conflictos melodramáticos, donde las personas de clase media o baja tenían roles secundarios definidos por clichés. Esta tendencia cambió gradualmente con series contemporáneas que desafían esos patrones establecidos.
Antes, las ficciones televisivas de lujo presentaban mundos idealizados llenos de glamour y excesos. Los protagonistas vivían en mansiones impresionantes y enfrentaban dramas cargados de intrigas familiares. Las demás clases sociales solían aparecer como sirvientes leales o figuras misteriosas sin mucho desarrollo. Con el tiempo, surgió una necesidad de explorar temas más profundos y realistas. Series actuales rompen con estos moldes tradicionales, ofreciendo una visión más crítica y compleja de las relaciones entre diferentes estratos sociales.
Series como Succession y películas como Mountainhead introducen una nueva dimensión en la narrativa sobre riqueza. Estas obras se centran en analizar el comportamiento de las élites modernas y su percepción del resto de la sociedad. A través de diálogos ácidos y situaciones provocativas, plantean preguntas incómodas sobre poder, control y exclusión.
Succession aborda directamente cómo las élites corporativas interactúan con quienes consideran inferiores, utilizando un lenguaje sarcástico y escenas cargadas de tensión. La serie muestra cómo estos individuos ven a los demás como meros instrumentos para cumplir sus objetivos. Por otro lado, Mountainhead profundiza aún más en este concepto, sugiriendo que para las nuevas élites económicas, el resto de la humanidad es irrelevante e incluso invisible. Ambas producciones invitan al espectador a reflexionar sobre la creciente brecha social y el impacto de estas dinámicas en el mundo actual.