En un encuentro lleno de sorpresas, el Ponteovedra logró una victoria contundente sobre el Mallorca, uno de los equipos más destacados del fútbol español. El partido, celebrado en el estadio Pasarón, terminó con un marcador de 3-0 a favor del equipo gallego, dejando a muchos espectadores y analistas sorprendidos por el desempeño del conjunto local. Este resultado pone fin a las aspiraciones del Mallorca en la Copa del Rey, mientras que el Pontevedra avanza con gran confianza a la siguiente ronda.
En una tarde otoñal en la ciudad de Pontevedra, el estadio Pasarón se vistió de gala para recibir a dos equipos con historias distintas pero ambiciones comunes. El equipo local, liderado por jugadores como Dalisson y Yelko Pino, demostró desde el inicio que no sería un rival fácil. Con un primer gol anotado por Dalisson a los 22 minutos, el Pontevedra estableció un ritmo que mantuvo durante todo el encuentro. Su disparo desde fuera del área fue un claro ejemplo de su determinación y habilidad técnica.
A pesar de que el Mallorca intentó reaccionar, especialmente con ocasiones claras como la de Abdón Prats, el equipo visitante no logró capitalizar sus oportunidades. En contraste, el Pontevedra continuó dominando el juego y amplió su ventaja al principio del segundo tiempo con un golazo de Yelko Pino, quien aprovechó al máximo su participación en el campo. Finalmente, Rufo cerró el marcador con un tanto decisivo que selló la victoria del equipo local.
La actuación del portero Leo Román fue notable, salvando al Mallorca de una mayor derrota con varias intervenciones brillantes. Sin embargo, un error defensivo fatal permitió a Rufo sentenciar el partido. Esta victoria refleja la fortaleza del Pontevedra y el potencial de jugadores jóvenes como Dalisson y Yelko Pino, quienes prometen mucho en el futuro.
Desde la perspectiva de un periodista, este partido demuestra que en el fútbol, cualquier cosa puede suceder. El Pontevedra ha mostrado que la calidad y la actitud pueden superar la experiencia y el presupuesto. Este triunfo es un recordatorio de que el deporte está lleno de incertidumbre y belleza, donde los equipos menos favorecidos pueden brillar y escribir páginas memorables en la historia del fútbol.