En poco más de una década, Zendaya ha evolucionado desde sus inicios como estrella infantil en Disney hasta convertirse en una superestrella global. Con un talento innegable tanto frente como detrás de las cámaras, su influencia se extiende por el cine, la moda y la cultura popular. Recientemente, su compromiso con Tom Holland ha desatado especulaciones sobre su futuro vestido de novia, mientras que su elección de atuendos en alfombras rojas y eventos importantes continúa inspirando admiración y debate. Su habilidad para mezclar lo clásico con lo innovador la ha consolidado como una figura icónica en la industria de la moda.
Desde los días de Shake It Up, Zendaya ha cautivado al público con su versatilidad. En los últimos años, ha brillado en la gran pantalla, conquistando a Hollywood con papeles memorables. Paralelamente, su presencia en la moda no ha pasado desapercibida. En el 34º aniversario de los Premios Gothams celebrado en Manhattan en noviembre de 2024, lució un diseño largo y elegante de Louis Vuitton que recordaba a ciertos looks reales, causando sensación. En abril del mismo año, durante la promoción de Challengers en Nueva York, optó por un híbrido entre lo deportivo y lo elegante de Alaïa, destacando por su capucha incorporada.
Para la premier de esta película en París, Zendaya presentó un vestido blanco innovador de Nicolas Ghesquière para Louis Vuitton, que fusionaba un body strapless con una falda fluida y capas. En Milán, rescindió un minivestido vintage de Polo Ralph Lauren, originalmente usado por Cindy Crawford en los noventa. Durante la gira de Dune 2, sorprendió en París con un look 3D de Alaïa, convirtiéndose en uno de los momentos más comentados del año.
En febrero de 2024, Zendaya asistió a un evento de Dune 2 vistiendo un vestido de alta costura de Stéphane Rolland, con hombreras y adornos metalizados. Otro momento viral ocurrió cuando llevó un diseño ceñido de Loewe con un aplique floral que se hizo tendencia en redes sociales. En Londres, reinventó el uniforme de tenis con un traje de lentejuelas de Thom Browne, demostrando su capacidad para adaptar cualquier estilo.
En el Festival de Venecia, Zendaya optó por un look camisero de Valentino, combinándolo con una blazer oversize. En julio de 2017, en una fiesta post desfile en París, deslumbró con un vestido de Giambattista Valli con bordados florales. En la cena Pre-Oscar de 2017 en Beverly Hills, apareció con un vestido de princesa de Marchesa, y en los Oscar de 2015, eligió un diseño encorsetado de Vivienne Westwood que evocaba a las diosas griegas. Finalmente, en una fiesta de Forevermark en Nueva York en 2017, lució un corsé y pantalones de tiro alto bañados de plumas de Chanel, dejando a todos sin palabras.
La carrera de Zendaya es un testimonio de su evolución constante, tanto en la actuación como en la moda. Cada aparición pública es una oportunidad para explorar nuevas fronteras, siempre manteniendo su autenticidad y personalidad únicas.
Como espectadora y seguidora de Zendaya, no puedo evitar sentirme inspirada por su audacia y creatividad. Su capacidad para mezclar diferentes estilos, desde lo clásico hasta lo vanguardista, demuestra que no hay límites cuando se tiene confianza en uno mismo. Zendaya nos recuerda que cada ocasión es una oportunidad para expresarnos y ser fieles a nuestra esencia. Su trayectoria es un ejemplo de cómo la perseverancia y la pasión pueden llevarnos a alcanzar grandes logros en cualquier ámbito que decidamos explorar.