En esta entrevista, la diseñadora de interiores y modelo austriaca Franziska Mayr-Melnhof comparte su fascinante vida entre dos mundos. Nacida en una familia aristocrática del norte de Austria, Franziska ha sabido combinar sus raíces con un espíritu aventurero que la ha llevado a explorar diversos lugares alrededor del planeta. A través de su pasión por el diseño de interiores y la moda, Franziska nos ofrece una visión única sobre cómo las experiencias personales pueden influir en la creatividad profesional.
Creciendo en el castillo Schloss Kogl, Franziska se crió rodeada de hermosos paisajes alpinos que le inculcaron un amor profundo por la naturaleza. Sin embargo, desde muy joven mostró un interés insaciable por descubrir nuevos horizontes. Sus veranos en el Yukón canadiense, donde su padre posee una empresa de actividades al aire libre, fueron cruciales para forjar su conexión con la tranquilidad y belleza de la naturaleza intacta. Estas experiencias influyeron en su elección de carrera, primero en marketing y relaciones públicas dentro de la banca privada, antes de decidirse por un camino más creativo en el diseño de interiores.
Franziska encontró inspiración en su madre, quien siempre tuvo un talento innato para transformar espacios. Esta influencia fue fundamental para que Franziska persiguiera su sueño y ampliara sus estudios en una prestigiosa escuela de Milán. Su estilo personal refleja esta mezcla de tradición y modernidad, con un enfoque en crear ambientes acogedores que transmiten autenticidad y atemporalidad. En Marbella, trabajó bajo la tutela de Marie-Caroline Willms, aprendiendo valiosas lecciones sobre combinaciones de colores, patrones y texturas que maximizan el potencial de cualquier espacio.
Aunque su carrera como modelo comenzó de manera natural hace unos años, hoy ocupa gran parte de su tiempo. Ha tenido la oportunidad de colaborar con marcas reconocidas y conocer personas fascinantes. Además, es embajadora de Habsburg Kleidermanufaktur, una marca que representa la herencia cultural austriaca con un enfoque moderno y artesanal. En su vida personal, disfruta de viajes, senderismo, tenis y momentos con amigos y su perro salchicha, Tildi. Cada una de estas actividades le brinda alegría y equilibrio, complementando perfectamente su vida profesional.
La historia de Franziska es un testimonio de cómo una persona puede mantener firmemente arraigadas sus raíces mientras explora el mundo con curiosidad e imaginación. Su capacidad para fusionar diferentes culturas y experiencias en su trabajo demuestra que los límites entre lo personal y lo profesional pueden ser fluidos y enriquecedores. A través de su lente única, Franziska nos invita a reflexionar sobre cómo nuestras propias vidas pueden ser una amalgama de influencias diversas, creando algo verdaderamente especial y único.