El mundo personal de Ferrugem gira en torno a sus hijas y su identidad como padre. A los 36 años, este cantante ha logrado equilibrar su carrera musical con el compromiso diario de criar a tres niñas. Cada una de ellas ocupa un lugar especial en su corazón, desde Júlia, la adolescente de 14 años, hasta Aurora, cuya energía infantil apenas alcanza los tres años. Estas experiencias personales han moldeado no solo su rol familiar, sino también su perspectiva artística.
La vida del artista ha estado marcada por momentos de alegría y desafíos emocionales profundos. La pérdida de su primera esposa, Juliana Barbosa, dejó una huella imborrable en su existencia. Este evento trágico ocurrido en 2015, tras complicaciones médicas, redefinió su camino hacia la paternidad y el amor. Sin embargo, junto a Thaís Vasconcellos, encontró una nueva razón para vivir, formando una familia aún más amplia con las llegadas de Sofia y Aurora.
En un mundo acelerado, Ferrugem nos recuerda la importancia de cultivar vínculos familiares auténticos. Su historia refleja cómo incluso en medio de la adversidad, el amor puede florecer y transformarse en nuevas oportunidades de felicidad. Más allá de los reflectores, su legado radica en la construcción de una familia llena de afecto y unidad.