La reacción oficial ante una controversia en el mundo del cine español ha sido rápida y contundente. En los primeros días de febrero, Ernest Urtasun, ministro de Cultura, expresó su apoyo a Karla Sofía Gascón, destacando su nominación al Oscar como un ejemplo de talento y diversidad. Sin embargo, la situación cambió drásticamente cuando se descubrieron tuits problemáticos publicados por la actriz. El ministro manifestó su pesar y enfatizó que tales declaraciones no reflejan los valores de la sociedad española. Acompañado por Yolanda Díaz en un evento cultural en Madrid, Urtasun reiteró su desacuerdo con las opiniones expresadas por Gascón.

Las consecuencias para la actriz han sido significativas. Netflix, la plataforma responsable de la promoción de "Emilia Pérez", decidió excluir a Gascón de sus actividades promocionales en Estados Unidos. Esta medida busca proteger las otras doce candidaturas de la película en la carrera por los premios Oscar. La estrella regresó a Alcobendas y compartió sus sentimientos en redes sociales, mencionando que siente que se le está aplicando la cultura del cancelamiento. Aseguró haber encontrado su verdadero yo y aspira a continuar su trayectoria artística sin temor ni barreras. Mientras tanto, Netflix ha dejado de incluirla en cualquier material promocional relacionado con la temporada de premios.

Este incidente pone de manifiesto la importancia de la responsabilidad pública y el impacto que tienen las palabras en la era digital. Es crucial que los artistas, especialmente aquellos que alcanzan reconocimiento internacional, sean conscientes de cómo sus acciones y declaraciones pueden afectar a otros y a la percepción pública. La industria del entretenimiento debe fomentar un ambiente donde se valore la inclusión y el respeto mutuo, promoviendo así un cambio positivo en la sociedad.