La temporada de caracoles está en pleno apogeo, llenando las calles con los aromas de especias y atraíendo a numerosos comensales que disfrutan de esta tradición culinaria. Este año, algunos puestos han sorprendido al público con recetas innovadoras que combinan sabores inesperados, generando gran expectación. Entre ellas destacan los caracoles acompañados de galleta Lotus y otras variedades que están conquistando tanto a locales como a visitantes.
En el corazón de la ciudad, Manuel Muñoz, hijo de Encarnación Sancho, propietaria de un puesto en María la Judía, ha revolucionado el menú tradicional con una creación singular: caracoles con galleta Lotus. Esta fusión de sabores dulces y salados se ha convertido en un fenómeno viral en redes sociales y ha cautivado a muchos clientes. Según explica Muñoz, la idea surgió cuando notó cómo ciertas salsas utilizadas en platos de carne podrían complementar perfectamente los caracoles. Cada año, este establecimiento del norte de la ciudad busca sorprender a sus visitantes con nuevas preparaciones, manteniendo vivo el espíritu de la innovación durante sus 16 años de actividad.
Otro ejemplo destacado es Caracol XPress La Estación, situado junto a las paradas de trenes y autobuses. Bajo la dirección de Sara Muñoz, quien heredó el negocio familiar desde 2008, este lugar ofrece nada menos que 16 variedades distintas de caracoles. Aquí, la creatividad no tiene límites: desde caracoles a la carbonada hasta opciones tex-mex e incluso veganas, utilizando setas que imitan la textura del molusco. Estas alternativas, especialmente las veganas, se ofrecen solo los viernes, añadiendo un toque especial a la oferta gastronómica semanal.
Mientras tanto, en Arroyo del Moro, Paco mantiene viva la tradición con su enfoque clásico, aunque también introduce variaciones como el arroz de caracoles los domingos, un plato gratuito para quienes consumen otros productos. Paco reconoce el valor de la innovación pero subraya la importancia de preservar la esencia del caracol tradicional, comparándolo con el flamenco en términos de autenticidad cultural. A pesar de su apego a lo convencional, está considerando incorporar una receta de su madre que combina los caracoles con influencias marítimas.
Esta temporada de caracoles demuestra que la tradición puede coexistir con la creatividad, ofreciendo a los amantes de la gastronomía local experiencias únicas y memorables. Los chefs y propietarios de estos puestos continúan explorando nuevas formas de deleitar a sus clientes, manteniendo viva una costumbre que une generaciones y culturas.