En un movimiento significativo, los líderes de Sumar, una parte fundamental del Gobierno español, han decidido retirarse de la plataforma X, anteriormente conocida como Twitter. Esta acción se produce en medio de controversias y cambios drásticos desde que Elon Musk asumió el control de la red social. Mientras que Sumar ha tomado esta medida, Más Madrid ha optado por mantener sus cuentas activas. La vicepresidenta Yolanda Díaz ha expresado su preocupación sobre cómo X se ha transformado en un espacio de propaganda y ha subrayado la importancia de no contribuir al uso de algoritmos que atentan contra la democracia.
En un contexto marcado por tensiones políticas y debates en torno a la libertad de expresión, los miembros del partido político Sumar decidieron dar un paso atrás en la plataforma X durante un otoño lleno de reflexiones sobre el papel de las redes sociales en la sociedad contemporánea. Este retiro se produjo apenas un día después de la investidura de Donald Trump como presidente de los Estados Unidos, donde el multimillonario Elon Musk realizó gestos controvertidos que desencadenaron críticas generalizadas.
Yolanda Díaz, figura central en este movimiento, declaró que X ya no representa una red social, sino un instrumento de propaganda bajo el control de Elon Musk. Enfatizó que la decisión fue tomada colectivamente por los ministros y ministras de Sumar. Aunque Más Madrid decidió seguir utilizando la plataforma, Díaz instó a sus socios de Gobierno a reconsiderar su presencia en X, argumentando que la internacional del odio ya tiene suficientes seguidores y que es crucial no alimentar más estas redes.
Ernest Urtasun, ministro de Cultura, también anunció su abandono de la plataforma, citando preocupaciones sobre la propagación de odio y desinformación. Por su parte, Sira Rego, ministra de Juventud e Infancia, describió la gesticulación de Musk como una declaración de intenciones y criticó la transformación de X en un negocio de desinformación. La cuenta oficial de Sumar reforzó este mensaje con una publicación que presentaba una disyuntiva entre fascismo y democracia.
Mientras tanto, otras grandes tecnológicas, incluyendo Meta y Apple, también han estado bajo escrutinio debido a su cercanía con Trump y su política de moderación de comentarios. En particular, Elon Musk se convirtió en el centro de atención durante el mitin posterior a la toma de posesión de Trump, realizando gestos que fueron ampliamente interpretados como saludos nazis hacia la audiencia.
Este episodio pone de manifiesto la creciente polarización en el mundo digital y plantea preguntas importantes sobre el equilibrio entre libertad de expresión y responsabilidad en las plataformas de redes sociales.
Desde la perspectiva de un observador, este movimiento de Sumar refleja una creciente preocupación sobre el impacto de las plataformas de redes sociales en la democracia y en la sociedad en general. La decisión de abandonar X sugiere un llamado a la responsabilidad y a la necesidad de revisar el papel que estas plataformas juegan en nuestra vida cotidiana. Es evidente que el debate sobre el uso ético de las redes sociales y su influencia en la política global está lejos de terminar. Este evento podría ser un catalizador para impulsar cambios más profundos en cómo interactuamos y nos comunicamos en línea.