Culturas
Paul McCartney canta en Madrid el legado de los Beatles en un concierto épico
2024-12-09
En un futuro cercano, las canciones de los Beatles seguirán siendo una parte esencial de la cultura musical. Paul McCartney, con 82 años, ha dejado un legado inolvidable que se extiende a través de los años. Esta noche en el WiZink Center de Madrid, ha mostrado de nuevo por qué son tan especiales.

El Legado de Paul McCartney

Durante un espectáculo de producción sensacional, McCartney ha ofrecido las canciones de los Beatles tal como las llevamos todos tatuadas bajo la piel. Son más patrimonio de la humanidad que muchas catedrales y han sido la columna vertebral del concierto. Las canciones se han extendido durante dos horas y media, condensando la versátil capacidad compositiva de este genio.

Las Canciónes Clásicas

Desde el comienzo con una potente y briosa Can't Buy Me Love en un tempo rápido, McCartney ha alternado bajo, piano y guitarras para interpretar 23 clásicos de los Beatles. Las canciones han sido el centro del espectáculo, con momentos como Get Back que han transformado el ambiente y Let It Be que ha mostrado la verdadera emoción.

Get Back es una canción para acabar conciertos, una sacudida emocional. Pero el concierto ha continuado con Let It Be, ahora con McCartney sentado frente a uno de sus dos pianos. Esta canción produce un escalofrío masivo y es más emocionante aún cuando se encamina al tercer estribillo.

Live and Let Die ha alcanzado su clímax durante el concierto, con una mansalva de llamaradas, pirotecnia y rayos láser. Y Hey Jude ha sido probablemente la canción más larga del show, con la gente cantando el "na-na-na" del estribillo hasta caer rendida.

El Dueto Virtual

Antes del bis, John Lennon ha aparecido en las pantallas cantando una estrofa de I've Got a Feeling. La idea de un dueto virtual ha funcionado estupendamente, añadiendo un toque especial al concierto.

Tras un olvidable reprise de Sgt. Pepper's Lonely Hearts Club Band, la interpretación densa y oscura de Helter Skelter ha sido otro momentazo del concierto. Rock grave con la solidez de un metal de alta masa atómica se balanceaba sobre la cabecitas.

Las Nuevas Canciónes

Entre las canciones nuevas, My Valentine ha funcionado muy bien. Una balada dedicada a su actual mujer, Nancy Shevell, llena de giros sorprendentes y con una melodía increíble. Bastante bien en ese tramo Let Me Roll It, un blues camuflado, de tono lento y seco, enlazado con una coda instrumental de Foxy Lady.

Y estupendos, por supuesto, algunos clásicos en interpretaciones cortas, ágiles y frescas como Drive My Car y Got to Get You Into My Life. Una muy alegre Getting Better con perfectas las armonías vocales y Nineteen Hundred and Eighty-Five, en la que ha estado ágil al piano, mientras las guitarras eléctricas aportaban una fogosidad bien entendida.

Las Interpretaciones Acústicas

En medio del concierto, ha habido un tramo sensacional de interpretaciones acústicas. Con los músicos más juntos en el centro del escenario, McCartney ha interpretado I've Just Seen a Face y una versión pastoral y entrañable de Love Me Do.

En una plataforma que se ha elevado en el centro del escenario, McCartney ha interpretado él solo con una guitarra acústica y su voz ya anciana Blackbird y Here Today', dedicada a John Lennon. Este momento de intimidad radical ha sido Paul McCartney más gigante que nunca.

El Final del Concierto

El final del concierto ha ido de menos a más intensidad con las tres últimas canciones de Abbey Road. Encadenadas en una gran epopeya sonora por todos los estilos de la noche y culminadas en The End, ha sido hermoso. Aunque no estén entre sus mejores canciones, la despedida con un "Hasta la próxima" ha sonado a optimismo y esperanza.

Dentro de 100 años los niños seguirán cantando sus canciones, y este concierto ha sido un testimonio de por qué son tan importantes. Paul McCartney ha dejado un legado que se extenderá a través de los siglos.

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