La noche del jueves se tiñó de magia en Barranquilla, cuando más de 50,000 personas se congregaron en el estadio Metropolitano para presenciar un espectáculo único. La celebridad colombiana, Shakira, ofreció un concierto que no solo recorrió tres décadas de éxitos musicales sino también emocionó profundamente a los asistentes. Vestida con un elegante atuendo plateado y emergiendo de una arena desértica proyectada en pantalla, la artista cautivó al público desde su primera aparición. Durante la velada, la intérprete compartió momentos íntimos con sus seguidores, recordando sus raíces y expresando gratitud por el apoyo continuo de su ciudad natal.
El evento comenzó con un video que mostraba a la cantante saliendo de la arena en un vestido brillante, caminando entre los asistentes antes de llegar al escenario. Este gesto personal generó un clima de emoción y expectativa. En su discurso inicial, Shakira enfatizó lo significativo que era para ella presentarse en su hogar, rodeada de seres queridos y personas que habían sido testigos de su crecimiento. Acompañada por un impresionante juego de luces y colores, la artista interpretó canciones de su álbum más reciente junto con clásicos que resonaron con el público. Entre las actuaciones destacadas estuvo la participación de jóvenes vinculados a la fundación Pies Descalzos, dedicada a mejorar la educación en Colombia.
A medida que avanzaba la noche, la conexión entre Shakira y su audiencia se fortaleció. Momentos emotivos como la proyección de imágenes de sus hijos Milan y Sasha durante la interpretación de "Acróstico" intensificaron la experiencia colectiva. Las canciones variaron en ritmo y estilo, desde pop hasta cumbia, demostrando la versatilidad musical de la artista. Canciones como "Copa vacía", "La bicicleta", y "La tortura" fueron recibidas con gran entusiasmo. El clímax llegó con "Hips don't lie", donde la frase "Mira en Barranquilla se baila así" provocó una explosión de energía en el estadio.
La diversidad musical fue evidente a lo largo del concierto, abarcando géneros como ritmos árabes, boleros, bachata, reguetón y salsa. La artista incluso rendía homenaje a la cultura local al interpretar "En Barranquilla me quedo". Los temas más lentos como "Pies descalzos, sueños blancos" y "Antología" dejaron a algunos asistentes visiblemente conmovidos. Tras dos horas de pura emoción, Shakira cerró la noche con "Bzrp Music Sessions, Vol. 53", despidiéndose con lágrimas en los ojos de un público que no olvidará fácilmente este momento especial.
Esta noche memorable no solo marcó un hito en la carrera de Shakira sino también en la historia cultural de Barranquilla. La artista logró transmitir un mensaje de amor y gratitud hacia su tierra natal, reforzando el vínculo afectivo que mantiene con su gente. Para todos los que estuvieron presentes, esta será una experiencia inolvidable que quedará grabada en sus corazones.