Después de que Dom, el hijo mayor del surfista Pedro Scooby, decidiera mudarse a Brasil para vivir con su padre y su nueva familia, se observó un cambio significativo en Aurora, la hija pequeña de dos años. Este traslado también ha impactado en las dinámicas entre los hermanos, incluyendo a Bem y Liz, los mellizos de nueve años de Scooby. La relación entre todos ellos está evolucionando positivamente, según comentaron Cintia Dicker y Pedro Scooby en una entrevista.
El ajuste no solo afecta a Aurora, quien parece haberse beneficiado emocionalmente, sino que también fortalece los vínculos entre los hermanos. Los padres destacan cómo esta nueva configuración familiar permite a sus hijos crecer juntos y compartir experiencias diarias importantes.
La adaptación de Aurora al cambio en su entorno familiar ha sido notable. Desde que Dom comenzó a residir con ellos, la pequeña ha mostrado señales de madurez emocional y estabilidad. Esta transformación refleja el efecto positivo que tiene la unidad familiar en su desarrollo personal.
Aurora, aunque aún muy joven, parece comprender mejor las dinámicas familiares. Su interacción con Dom ha contribuido a que ella desarrolle habilidades sociales más rápidamente. Además, tener a su hermano mayor cerca le brinda seguridad y apoyo emocional constante. Esto marca una diferencia importante en comparación con cuando Dom vivía separado en Portugal con Luana Piovani. Ahora, la convivencia diaria fomenta una conexión más profunda entre ambos hermanos.
Además de Aurora, la llegada de Dom también ha fortalecido los lazos entre todos los hermanos. Bem y Liz, quienes ya tenían una relación cercana con su padre, ahora disfrutan de compartir momentos con Dom y Aurora. Esta nueva estructura familiar permite que cada uno aprenda de los demás y construya relaciones basadas en el respeto mutuo.
Los padres han notado cómo Dom asume un papel protector hacia Aurora y actúa como modelo para Bem y Liz. Las actividades compartidas, como las comidas familiares y los juegos, promueven una atmósfera de armonía dentro del hogar. A través de estas interacciones, los niños están desarrollando una comprensión más profunda sobre el valor de la fraternidad y la importancia de apoyarse mutuamente. Este proceso no solo mejora su bienestar emocional, sino que también prepara a cada niño para enfrentar desafíos futuros con confianza y solidaridad.