Cuando firmó su contrato, la negociación fue larga y insistió en tener la última palabra en todo. Esto se detalla en una cláusula: ella decide qué quiere hacer. Nunca hará algo que no quiera porque está explícitamente detallado. Se ha asegurado muy bien, y todos saben que no pueden pasar más allá porque la última palabra es la suya. Ha renunciado a ganancias económicas por tener eso asegurado.
¿Por qué hizo eso? No es miedo, sino la necesidad de asegurarse. Al firmar un contrato con una discográfica, no se sabe qué se va a encontrar. Por eso es importante dejarlo escrito y asegurarse de no ser pisado o pasada por encima. Siempre ha sabido que no iba a funcionar crecer y tener oportunidades si era porque se le imponía. Tenían que permitírsela ser ella misma, aunque haya cambiado en estos ocho años. Ha evolucionado, cambiado, aprendido y desaprendido, pero sigue siendo ella misma.
En un acto con Young Beef y C. Tangana en el Primavera Sound de 2018, se sintió muy perdida porque aún era independiente y joven. Pero se dio cuenta de que todos necesitan inversión. Ser artista es caro, y los gastos aumentan a medida que creces. Hay que cuidarse de quienes creen no necesitar un inversor, porque a medida que tienes más dinero y estás mejor posicionado, más lo necesitas. Los números pueden ser aterradores.
¿Qué le da miedo a esos números? Le da miedo ser una artista deficitaria, pero gracias a Dios, nunca lo ha sido en su carrera. Ha ido creciendo constantemente.
Siento que ser famosa ha acentuado más sus rasgos antisociales y la necesidad de encerrarse en sí misma o en su gente. Ahora está haciendo amigos nuevos, pero en España, después de salir de fiesta, no puede hacer amigos fácilmente porque a la gente le cuesta tratarla como a alguien normal. Le gusta el trato de tú a tú y se siente incomoda con tanta exaltación.
Ha cambiado en cuanto a su consumo. Cuando tenía 20 años, fumaba porros sin problema, pero ahora, con 27 años, no puede seguir haciéndolo. Es una tía muy activa y enérgica, y consumirse con porros ya no es viable.
Se ha hecho mayor y ha aprendido a valorar más su vida. No se importa que se le pregunte si es pija. Es pija en el sentido de que ha tenido una familia grande y ha aprendido a sacarse las castañas del fuego. No es la pija que se piensa, ha comido su mierda y sabe el valor de lo que tiene ahora.
Otro comentario es que no tiene calle en el sentido de no haber estado en la delincuencia. Pero sabe el mundo real por haber vivido momentos difíciles. La fama no la ha hecho más insegura, aunque a veces se siente inferior en algunas situaciones. Pero Bad Gyal está sustentada sobre un mensaje de seguridad, empoderamiento y libertad sexual. Es muy influenciada por la música que ha consumido y habla abiertamente de su sexualidad en sus canciones.